Lo que está en juego es el poder que, como terrible pestilencia, corrompe todo lo que toca: Shelly, práctica que se acentúa a 4 días de las elecciones de este 29 de octubre para escoger gobernadores, alcaldes, concejales y diputados.
El entramado político de la fiscalía al dictar medida carcelaria contra Cielo Gnecco, justo en un momento preelectoral, podría tener un impacto contrario y hasta generar un efecto bumerang y causar un golpe de opinión favorable a Elvia Milena Sanjuán, porque victimiza, tras una orden de captura a su mentora política para desactivarla de la contienda electoral, y a grandes titulares de prensa llamarla prófuga de la justicia, medida de aseguramiento que no resiste un escrutinio jurídico al tenor de la Ley 600 de 2000.
La opinión pública es el más grande poder del mundo y verdadero contrapoder de una sociedad, a lo que debe obedecer el periodismo para sustentarse en la verdad y los principios éticos y no dejarse arrastrar por los halagos de un oficio genuflexo.
Mucho más que guerra sucia, hay un manejo asqueroso de la prensa, alertó tiempo atrás Juan Gossaín, consciente del daño que causa una información manipulada, panorama que hoy no es diferente, “lo que beneficia a mi candidato lo exalto y lo que lo perjudica lo minimizo”.
Manipulación consentida, no es manipulación, es complicidad”, cuando la prensa se deja manipular de las campañas políticas y pierde la capacidad de confrontar las decisiones judiciales como lo hizo en ‘Verdad y Punto’, Carlos Cadena Beleño, en ejemplarizante nota editorial.
En criterio de jurisconsultos, togados y sectores de opinión, el proceso no se desliga de un detonante paradójico de desinformación y hasta lo referencian como otro falso positivo, cortina de humo que no va a distraer a la opinión, ávida en reconocer obras de gran factura en el gobierno “Lo Hacemos Mejor”.
Por fortuna llegaron las redes sociales, para redargüir, enseñar, corregir, hacer un discernimiento abierto y confrontar la verdad procesal con la verdad verdadera, y llegaron para quedarse y democratizar la noticia, sentenció en Valledupar el científico Moisés Wasserman, en desarrollo de la Feria del Libro.
En medio de este torbellino político lo más aconsejable es evocar al padre de la patria, Simón Bolívar: “No hay buena fe en América, ni entre las naciones. Los tratados son papeles; las constituciones libros; las elecciones combates; la libertad anarquía; y la vida un tormento“.
Por: Miguel Aroca Yepes.