Las diez mil becas que el Gobierno de Juan Manuel Santos a través del Ministerio de Educación Nacional dará a los mejores puntajes en las pruebas saber a estudiantes de bajos recursos se convierte en una herramienta valiosa para que diez mil jóvenes con calidad puedan acceder a la universidad que ellos quieran, a estudiar lo que deseen, con la garantía de que estudiarán en un centro de educación superior acreditado por calidad, sin importar si es privado o público.
Durante los próximos 4 años, cuarenta mil jóvenes podrán sobrepasar el límite de su pobreza para llegar a una universidad acreditada por calidad. Será una oportunidad para que muchos no se queden frustrados, porque sus recursos no les permitían acceder a la carrera de sus sueños en la universidad de sus sueños.
La medida garantiza que jóvenes talentos aspiren a mejorar sus condiciones de vida a través de una educación conectada con sus potencialidades, para que ellos puedan estudiar lo que les guste, lo que los hace felices y en la carrera que ellos se puedan sentir productivos.
García Márquez, junto con otros sabios, elaboraron hace un poco menos de 20 años un documento en el que analizaban la necesidad de poner un país al alcance de los niños, en donde se les formara de acuerdo con sus potencialidades y no donde ellos tuvieran que estudiar lo que pudieran, porque su falta de recursos se convertía en un obstáculo para desarrollar sus talentos. Este texto de la comisión de sabios se anunció con bombos y platillos, pero nada se hizo por acatar las recomendaciones hechas en el documento. La realidad educativa colombiana siguió igual o peor, porque no hubo voluntad de echar a andar el país con base en lo que lo expertos concluyeron.
Años después el gobierno responde a la necesidad de poner un país al alcance de los jóvenes talentosos y de bajos recursos, y aunque la cantidad de beneficiados siga siendo insuficiente frente a las necesidades del país en materia de educación, la propuesta debe contagiar a los mandatarios locales y regionales que deben apuntar a que se incremente el número de beneficiados en sus regiones y municipios, para que las becas no terminen siendo acaparadas por los estudiantes de mayores puntajes de las principales ciudades del país que cuentan con mejores recursos y facilidades para prepararse en las pruebas saber, dejando a las provincias y departamentos como el Cesar, con uno de los peores puntajes de las pruebas saber, sin posibilidad alguna de que los jóvenes que sobresalgan puedan recibir este tipo de beneficios.
Para que los estudiantes excelentes, pero de bajos recursos en el Cesar y Valledupar puedan llegar a universidades acreditadas en cualquier parte del país, en igualdad de condiciones y oportunidades a los de Bogotá, Medellín, Cali y Barranquilla entre otras ciudades, necesitamos mejorar la calidad educativa, mediante el control y seguimiento a las instituciones y a la labor de los docentes dentro del aula de clases, como también es necesario que el municipio de Valledupar y La Gobernación del Cesar diseñen un plan de estímulos para que vallenatos y cesarenses de bajos recursos, pero con suficiente calidad, puedan aspirar a estudiar la carrera de sus sueños en universidades como La Nacional, Los Andes, El Rosario, La Universidad del Norte o La universidad Javeriana entre otras. Eso repercutiría a largo plazo en el desarrollo de nuestro departamento que necesita tanto que sus jóvenes talentos regresen a servirle al Cesar, desde sus profesiones para que la calidad educativa sea un reto ineludible que nos ubique en un contexto nacional frente a los departamentos que tradicionalmente lo han ostentado.
@Oscararizadaza