La llegada de Iván Duque a la presidencia de Colombia puso sobre la mesa la economía naranja . Sin una definición clara, consiste en convertir ideas innovadoras en bienes y servicios culturales; su valor se determina en la propiedad intelectual. En otras palabras, es la industrialización de la cultura.
Al poco tiempo, los focos giraron hacia Valledupar. Por eso, empezó el debate y la proyección de las potencialidades culturales para la generación de empleo y riqueza, en una ciudad que es cuarta en la tasa de desempleo y abunda la informalidad.
Dentro de ese proyecto de Valledupar como ciudad naranja, Foros EL PILÓN junto a la Alcaldía desde las 8 de la mañana, realizarán hoy el foro ‘El desarrollo territorial de la capital del Cesar a través de la capacidad creativa, la propiedad intelectual y la formalidad empresarial’, en la Casa de la Cultura.
¿DESDE CUÁNDO SE HABLA DE ECONOMÍA NARANJA?
Ante fue economía creativa, pero desde el libro publicado por el Banco Interamericano de Desarrollo, BID, ‘La economía naranja’, autoría del hoy presidente Iván Duque Márquez y Felipe Buitrago, ambos economistas, se le dio una distinción o representación. “Hay varias razones, pero el elemento central es el de la identidad. Era paradójico que un sector que se basa en nuestra identidad no tuviera ese tipo de percepción. Se habla de economía verde y todos sabemos que hablamos del medio ambiente. Si no hay identidad y no puedo identificarme con un grupo, cómo me presento ante el estado para la realización de políticas públicas”, aseguró Felipe Buitrago, economista del BID.
Pero, ¿por qué el naranja? Según los autores del libro el color representa la creatividad en muchos lugares en el mundo. A este motor de desarrollo basado en el talento de la gente y en la riqueza del patrimonio cultural de la humanidad, se le llama economía naranja.
El protagonismo de Valledupar corre por su riqueza cultural. Además del vallenato, marca local y el mayor renombre de la ciudad, la ciudad tiene potencialidades útiles por explotar. El viceministro de Relaciones Políticas, Juan Manuel Daza, uno de los panelistas invitados, cree que el principio de todo es una política pública diferenciada. “Es indispensable crear una política pública que fomente la creatividad, con una base regional. Si bien deben seguirse parámetros nacionales, debe usarse siguiendo las necesidades de cada región, porque no es lo mismo una ciudad rica en cultura como la nuestra, que además contamos con presencia de comunidades étnicas, territorios verdes, que hablar de Mompox, que también es rica culturalmente pero con un valor histórico. Por eso el eje angular es la diferenciación” expresó el funcionario.
¿QUÉ PODEMOS EXPLOTAR EN VALLEDUPAR?
Sin duda, el principal sector que necesita la industrialización es el folclor local. Pero no es el único. Valledupar cuenta con riquezas verdes “admirables a nivel nacional”, en palabras de analistas, “que deben dar un paso adelante y ser protagonistas”. Sin embargo, la coyuntura de las economías creativas, además de su difícil contabilización, es la poca formalización laboral. La asesora de Colpensiones, Ana Monsalvo, considera que el aumento del empleo nace en la formalización. “Tener una alternativa de formalización suave, sin tantas trabas, para las industrias creativas. La gente no se formaliza porque se cree que formalizarse es pagar impuestos, cuando en realidad es empezar a sembrar la forma con lo que viviré en la vejez. Contribuimos a un sistema que al final me devuelve unos intereses o la contribución que hice en el ahorro. Damos un beneficio que cuando estemos en la edad de retiro pueda tener una atención”.
De los exponentes que alguna vez no fueron aceptados a nivel nacional, desde hace una década incrementó la publicación de novelas, libros, biografías y productos que entran en el círculo de la economía naranja, por encontrar su valor en la propiedad intelectual. “Yo siempre he dicho que tenemos que aprovechar las ventajas que tenemos al interior para explotarlas por fuera. Somos una ciudad que nos reconocen en el mundo como la capital mundial del vallenato”, agregó el viceministro de Relaciones Públicas.
El otro punto es convertir a Valledupar en la capital mundial del vallenato más allá de los cinco días del festival. El ambiente y las más de 150 mil personas en promedio que visitan la ciudad en esta época, y los más de 300.000 millones de pesos que se mueven; en el resto del año, el folclor no tiene una importancia proporcional. “En la universidad me pasó una experiencia: unos amigos del interior vinieron al Festival Vallenato y salieron como la mayoría de los turistas que nos visitan: encantados. Por eso a los 4 meses regresaron, trajeron familiares, pero se sorprendieron cuando no encontraron un lugar donde encontrar conjuntos vallenatos en vivo, ni lugares donde les contaran la historia del vallenato”, contó el viceministro.
“EL EMPRENDEDOR CREA SOLUCIONES”
La historia de Hernando Varón se transforma cuando decide renunciar al puesto de director de ‘Nuevos negocios digitales’ en una importante empresa de Antioquia. Su respuesta después de ser rechazado como socio-gerente de una idea de negocio que él mismo había dirigido fue dejarlo todo para emprender nuevos proyectos.
El protagonista de esta historia nació en un barrio popular de El Copey, Cesar, en 1985, en la época del blanco y negro donde logró eternizar su primer contacto con la tecnología: la Atari que le regaló su papá cuando aún cursaba primaria. Allí nació la convicción de ser protagonista de la generación en la que “lo digital dominaría el mundo”.
A sus 33 años, Varón es considerado unos de los emprendedores más destacados del país gracias a ‘Peiky’, la aplicación (App) de negocios que le ha permitido circular entre los proyectos tecnológicos más grandes del continente. La plataforma que tiene como logo una P gigante fue creada para ser el mejor socio de los vendedores de bienes por redes sociales, o como los llaman desde la empresa, “social-sellers”. “Descubrimos que muchas personas utilizaban el celular para vender bienes y servicios. Todos conocemos a alguien que vende zapatos, bolsos y otras cosas por chat. Entonces nuestro deseo fue cambiar la forma en que ellos vendían, hacer todo más fácil”, comentó Varón.
“Las personas siempre reciben y envían los mismos mensajes. Por eso, con ‘Peiky’ el vendedor puede acumular los mensajes comunes tanto en texto como en voz. Pero lo más importante es que puede crear un portafolio de los bienes o servicios que ofrece a sus clientes con videos, audios, pdf o cualquier archivo multimedia”, contó Hernando.
La inversión inicial de Peiky fue de 250 mil dólares reunidos por varios amigos. Con ese dinero iniciaron una investigación para determinar cuáles eran las necesidades de los vendedores por redes sociales y cómo ofrecer soluciones. Hoy la empresa está valorada en aproximadamente 11 millones de dólares, con una planta de más de 30 empleados a pesar de estar en la ‘Ronda ángel’ de inversión. “Hace pocos meses éramos 5 personas, hoy somos 30 y en un año tenemos planeado ser más de 150. Pero para eso necesitamos inversión. Nosotros estamos en la primera ‘ronda’, eso es que inversionistas inyectan dinero para nuestro negocio y se convierten en socios”, agregó Hernando, quien el pasado martes recibió de la Revista Gerente el reconocimiento como uno de los líderes del sector empresarial por su innovación en las ventas digitales.
DEIVIS CARO DAZA/ EL PILÓN
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