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Economía Naranja, lo que el sector cultural estaba esperando

La economía naranja es una estrategia integral que pone a la cultura, la creatividad, la vida cultural, el patrimonio material e inmaterial y la diversidad de la expresión simbólica del país en el centro de la agenda social y económica; algo inédito en Colombia y Latinoamérica.

No lo decimos nosotros, lo dicen los 22 mil artistas y gestores culturales con los que hemos dialogado en los territorios, y las más de 182 entidades que nos apoyan en la consolidación de los 18 nodos de emprendimiento que ya funcionan en igual número de regiones. Lo confirman, además, las delegaciones culturales, diplomáticas y empresariales de América Latina y Europa que nos han visitado en estos once meses.

El mundo nos está viendo como referente en políticas culturales y en desarrollo de industrias creativas, y el sector está encontrando la respuesta a sus anhelos históricos en torno a derechos culturales, libre expresión de las ideas y la creatividad, e integración de los territorios al sistema nacional de cultura.

La Economía Naranja es un reconocimiento de todo lo que el país ha alcanzado en artes, en capacidad de resiliencia desde la gestión y la producción cultural, en las industrias creativas de sectores como el musical, el editorial o audiovisual, entre otros.

Es la manera de asegurar que el sector tenga un presupuesto que se robustezca cada año y cuente con mejores herramientas para la creación, circulación y acceso a la cultura. Es decir, más estímulos, mejores condiciones de crédito e incentivos tributarios que mejoren las cadenas de valor de la producción y de la vida cultural.

Es una estrategia juiciosa, paulatina, con herramientas, con integración de los diversos actores de la cultura. No es una fórmula para que cada artista o pintor o bailarín se convierta en empresa. Nadie piensa ni ha pensado que todo el mundo para escribir, o cantar, o actuar tenga que formalizarse en una empresa.

Lo que nos interesa es el impacto social de la cultura, para que se traduzca en cohesión social, equidad, en una mejor imagen internacional del país y, de paso, en indicadores positivos en la economía nacional.

Hoy tenemos un sector cultural atendido no solo por un ministerio, sino por 21 agencias nacionales con las que logramos articular 70 programas (planes, estrategias y presupuestos). En otras palabras, logramos lo que artistas y gestores habían querido desde siempre: que la cultura esté en el centro de la agenda social estratégica del gobierno nacional.

En lo que va del gobierno logramos destinar a la cultura y la creatividad más de 800 mil millones. Sin embargo, iremos más allá. Teniendo como referente los buenos resultados que para el sector audiovisual ha dado Proimágenes, lanzaremos en agosto la Corporación Colombia Crea, una instancia que impulsará los procesos de creación, producción, circulación, divulgación, comunicación pública, reproducción, distribución, gestión e investigación en campos artísticos, culturales, de emprendimiento y economía creativa.

Así, lograremos tener una institucionalidad implementando política pública en los territorios (ministerio, secretarías, institutos, unidades administrativas, gobernaciones, alcaldías, consejos de cultura), y una dedicada a la articulación de la oferta y a la atención personalizada del sector.

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Carmen Vasquez: