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Economía ambiental: la oportunidad de negocio del siglo

El mundo demandaba acciones en materia climática y la comunidad internacional ha respondido. El Acuerdo logrado demuestra, sin lugar a dudas, que podemos reunirnos y trabajar juntos en pos de una causa común y así abordar los desafíos más grandes a los cuales nos enfrentamos, previniendo tragedias para los millones de personas vulnerables a los efectos del cambio climático y asegurando la prosperidad económica del mundo en el Siglo XXI.

El liderazgo exhibido por los gobiernos de Francia y Perú para integrar las acciones en función de ciudades, regiones, sector empresarial y sociedad civil, junto con las negociaciones formales durante el último año han creado un movimiento sin precedentes en cuanto a las acciones del sector privado, para respaldar un acuerdo global ambicioso.

Las consecuencias de este Acuerdo van más allá de las acciones del gobierno. Se sentirán en los bancos, los mercados de valores, las salas de los directorios y los centros de investigación a medida que el mundo comprenda que nos estamos embarcando en un proyecto sin precedentes con el objetivo de descarbonizar la economía global. El hecho de comprender lo que se acordó destrabará por un lado trillones de dólares y por otro, la inmensa creatividad e innovación del sector privado. Este último estará a la altura de la situación, de forma tal que se puedan evitar los peores efectos relacionados con el cambio climático.

Este Acuerdo establece un claro camino hacia la descarbonización de la economía global, un cambio que muchas de las personas hoy podrán ver, cosechando los frutos de la inversión acelerada en infraestructura, aire más limpio, mayor seguridad y una creciente economía baja en carbono a nivel global.

El Acuerdo es sólo un anticipo dentro de una ambición mucho más amplia que apunta a terminar con la pobreza en nuestra generación, como parte de los Objetivos de Desarrollo Sostenible acordados en Naciones Unidas en septiembre. Es así de simple: Si no abordamos la cuestión del cambio climático, no vamos a poder sostener el crecimiento económico ni terminar con la pobreza.

Los gobiernos, las empresas y las personas en todos los sectores ahora comprenden que el costo de la inacción supera claramente el costo de la acción. Alcanzar una economía de emisiones cero representa la oportunidad de negocio más importante del siglo.

También debemos reconocer el liderazgo intelectual de la Comisión Global sobre la Economía y el Clima, cuyo trabajo en los últimos dos años ha ayudado a muchos líderes económicos a comprender los beneficios inherentes de las acciones climáticas tajantes, además de que el bien común se alinea cada vez más con los intereses nacionales. Este trabajo, combinado con la movilización del Consejo Empresarial Mundial para el Desarrollo Sostenible, el Foro Económico Mundial, el Pacto Mundial de Naciones Unidas y la coalición “We Mean Business” ha derivado en niveles de liderazgo empresarial nunca antes vistos.

Los programas como las Iniciativas de Asociaciones para la Tecnología Baja en Carbono del Consejo Empresarial Mundial para el Desarrollo Sostenible, así como los esfuerzos de representación de cientos de Directores Ejecutivos han cambiado el panorama de la acción climática corporativa para siempre. Distintos estudios han demostrado que sabemos cómo cerrar, en un 65 y 96 %, la brecha de emisiones en el período hasta el 2030. El Acuerdo de París confirma que debemos hacer esto. El sector empresarial ahora puede impulsar sus ambiciosos planes, sabiendo que los gobiernos del mundo han establecido una clara dirección y que además implementarán los marcos de políticas para respaldarlos.

Está claro que París es sólo el comienzo. Ahora nos toca a todos nosotros, ya sea en el sector empresarial, gubernamental, financiero o en la sociedad civil, trabajar juntos para tomar esas promesas hechas en papel y convertirlas en acciones concretas.

Por Paul Polman

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