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Ecce Homo ¡He aquí el hombre!

Estas fueron las palabras de Pilato al momento de presentar a Jesús llevando la corona de espinas y el manto púrpura, un pasaje del evangelio de Juan 19:5.

Ecce Homo, este es el hombre o he aquí el hombre; y lo tenemos nosotros los vallenatos, desde la iglesia la Inmaculada Concepción, un vigilante excepcional de la plaza Alfonso López y de todo Valledupar.

El lunes santo después del domingo de ramos, cuando anuncian al rey, que montado en un burrito hace la entrada triunfal a Jerusalén, con ramas de palma en su camino, se celebra en Valledupar la misa del Santo Ecce Homo, patrono de esta bella tierra.

Además, con todos los feligreses que madrugan a las misas, en horas de la tarde se hace un recorrido, la procesión, en donde un grueso número de la sociedad vallenata se hace presente para cargar al patrono y sacarlo a las calles. 

Esto es de gran devoción, aquí se acompaña el recorrido, tocando al santo y pidiéndole favores especiales: en la salud, la paz y tranquilidad del pueblo, la seguridad; que nos ilumine de manera especial para escoger bien a nuestros líderes y haya inteligencia y menos picardía para llevar por buen sendero la solución a los problemas del pueblo.

Últimamente también se ha incluido en el rosario de pedidos y favores especiales del Santo Ecce Homo, el poder terminar de manera efectiva la imagen que tenemos en el cerro que lleva su nombre. 

Un mirador que hace más de 15 años está fungiendo, como suele suceder en Valledupar, como el mejor tributo a la desidia, debido a que los últimos mandatarios nada han hecho por terminar este sitio que además de poder convertirse en un punto de encuentro religioso, también le daría a Valledupar un elemento más a la cultura y al turismo que tanto se cacarea y que no se funciona en ello.

El recorrido que lleva a miles de feligreses a ubicarse en el mirador y en la efigie, a venerar al santo patrono, está descuidado; abandonado a su suerte y a la mala utilización que hacen del sector muchos personajes nefastos que van a mirar qué pueden robar o van a consumir drogas; todo, menos a hacer cosas buenas.

Mientras tanto, los vallenatos y fieles del Ecce Homo, seguimos pidiendo, implorando, se haga el milagrito, anunciado en años anteriores con bombos y platillos, pero nada. No se cumplen las promesas.

Señor gobernador, el de siempre o el recién ratificado, recuerden que hace un año en plena misa se anunciaron los millones, 14 mil para ser precisos, que iban para terminar las vías, el mirador, locales comerciales y, según lo manifestado por Iván Murgas, el secretario de cultura y turismo de la gobernación del departamento, permitiría la peregrinación tranquila de visitantes y vallenatos por el sendero ecológico. 

EL PILÓN anunciaba, justo ese año 2022, de acuerdo a la voz de los dignatarios, que ahora si se terminaría esta obra; pasado un año nada de nada, puro tilín, tilín y nada de paletas. Ya estamos a escasos meses de finiquitar esta administración y las cosas siguen iguales. 

Monseñor Oscar José Vélez Isaza, obispo de la Diócesis de Valledupar, siga orando para que esto no quede como un elefante blanco de los muchos que abundan por ahí.

Santo Ecce Homo, confiamos en ti padre santo, concédenos ese milagrito por favor. Si no es por buena gestión, que sea por devoción.  Sólo Eso

Por Eduardo Santos Ortega Vergara

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