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Duque y su kínder del Cesar

En 1990, César Gaviria nos sorprendió a todos, al promover en su gobierno una nueva generación que se conoció como el kínder, con jóvenes provenientes de la academia como Fernando Carrillo, hoy procurador, Miguel Silva, Fabio Villegas, Eduardo Mendoza y Mauricio Vargas, entre otros. Hoy el Presidente Iván Duque, parece seguir la misma línea, ha nombrado a muchos jóvenes, varios del departamento del Cesar, que no pertenecen a la órbita política local y marcan un rumbo para los nuevos liderazgos en un departamento tomado por el nepotismo, la corrupción y la incapacidad de elegir gobernantes preparados para asumir los verdaderos retos del desarrollo; nos acostumbramos a los mismos con las mismas, el político que deja a su hijo, luego al sobrino y por ultimo a su esposa, manteniendo una esfera familiar que en la actualidad, todavía permanece en elecciones locales y de Congreso, solo por aferrarse al poder y apropiarse del presupuesto.

Duque nombró, como Ministro de Vivienda al economista Jonathan Malagón, quien a pesar de haber nacido en La Guajira, se formó en el Cesar y todo su proceso lo ha hecho en Bogotá, es muy amigo del presidente electo y posee las credenciales para gerenciar la complicada cartera. Viceministro de Defensa, a Daniel Palacio, un politólogo que si bien no es nacido en Valledupar, sus orígenes son vallenatos, es nieto del excontralor Aníbal Martínez y renunció a la presidencia del Concejo de Bogotá. Juan Manuel Daza, será el nuevo viceministro del Interior, excandidato a la cámara por Bogotá y muy activo en el Centro Democrático. También nombró viceministro de Hacienda a Luis Alberto Rodríguez, otro economista joven que desde la academia se ha proyectado como profesor y es columnista de opinión. Estos nombramientos demuestran que para llegar no hay que matarse buscando votos, es mejor formarse para hacer un proceso y esperar la oportunidad; este es un renacer del Cesar, que por el tema de la parapolítica vivió una ausencia de liderazgos. Todos ellos tienen un reto muy grande por la importancia de sus carteras, no es solo llegar, a esta camada de jóvenes les toca demostrar con aportes reales sus capacidades, porque lo que hoy celebran puede convertirse en su desgracia, si no le cumplen al presidente y a Colombia; tenemos fe en que se desempeñarán con altura, además es interesante que no pertenecen a las casa políticas tradicionales que convirtieron al Cesar en un departamento con una ambición casi nula en el concierto nacional, algo que se ha visto reflejado en los últimos gobiernos, en los cuales no se contó con un ministro; es también una alerta para el Centro Democrático en el Cesar, no le fue bien en nombramientos, que a partir de estos nuevos liderazgos entiendan que deben renovar sus cuadros con jóvenes que le aporten dinámica a un partido que siempre le va mal en las regionales. Ojalá este kínder sea cómo el de Gaviria, que mantuvo sus liderazgos y que no se olviden del Cesar, tan necesitado de presencia e inversión del Estado central para desarrollarse.

Por Jacobo Solano C.@JACOBOSOLANOC

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