Este sábado 9 de abril inició la feria del dulce en la plaza Alfonso López de Valledupar, una tradición desarrollada por casi tres décadas durante Semana Santa facilitando a mujeres y hombres obtener ingresos económicos con la venta de los productos típicos en esta época, lo que trae consigo la promoción del turismo y la reactivación de la economía local.
Desde hace 10 años, Leila Pérez comercializa dulces artesanales en este mítico punto del centro de Valledupar. La emprendedora destacó la oportunidad, pues “hay muchas personas que viven de esto”. La mujer de 49 años relató que con este negocio genera seis empleos directos que se distribuyen entre la preparación, adecuación y comercialización de los productos.
“A eso se le suma el transporte que se paga para trasladar todo lo que necesitamos y la ayuda que reciben a quienes se les compran todos los ingredientes”, explicó Pérez, reconocida por su dulce de café.
/ FOTO: JOAQUÍN RAMÍREZ.
LOS DULCES
María Gutiérrez es una joven vendedora que decidió unirse a la feria de este año porque considera que es “una bonita tradición”. María tiene identificado el mercado y refiere que los dulces más vendidos son los de tres leches, leche cortada, el de ñame, guandul, corozo, entre otros.
“Estamos invitando a las personas a que vengan y degusten de la variedad que tenemos y así nos ayudan a nosotras con las ventas”, expresó esta vendedora. Otros sabores tradicionales son los de piña, papaya, mango, coco, mora y tamarindo.
TURISTAS
Óscar Salamanca llegó a la capital mundial del vallenato desde Villavicencio, Meta, y conversó con EL PILÓN: “No me imaginaba que esta parte de la Costa tuviera esta variedad de dulces, el de papaya es mi favorito”. En uno de los puestos, el hombre compró 20.000 pesos: una ayuda para dinamizar la economía local.
Otra usuaria de los bienes y servicios de la región es Natalia Maya, oriunda de Cúcuta, quien en su visita a Valledupar compartió con esta casa editorial su ruta turística: “Pasamos por Barranquilla, Cartagena y ahora estamos en Valledupar disfrutando de estos ricos sabores”. Y concluyó: “Voy a comprar para llevar, de coco con leche, por favor”.
/ FOTO: JOAQUÍN RAMÍREZ.
ARTESANÍAS
Otro de los atractivos por estos días son las artesanías de la religión católica, donde priman las figuras de Santo Ecce Homo y la Virgen, pero también los escapularios, velones, llaveros con imágenes de santos y otros objetos.
José Mármol tiene 48 años de trabajar en esta actividad y él asegura que “los dulces se han vuelto más importantes que los objetos religiosos”. Además, Mármol relató su historia: “Yo empecé a trabajar en esto a los 8 años, cuando venían a Valledupar personas de Pamplona y nos ponían la mercancía para nuestro rebusque”.
A su turno, Ady Guerrero Martínez hizo un breve análisis macroeconómico al argumentar que debido a los efectos de la pandemia durante los dos últimos años no pudo trabajar con ‘normalidad’ en estas actividades. “Pero gracias a mi negro Santo Ecce Homo: el lunes fue un día bueno”.
En cuanto a la dinámica de las ventas, los entrevistados aseguraron que “los martes y miércoles son más quietos”, y que esperan que en el fin de semana la demanda se incremente.
Finalmente, la próxima semana, la Secretaría Municipal de Desarrollo Económico, Turismo y Medio Ambiente compartirá un informe sobre los resultados económicos de esta feria y el impacto generado en la región.
POR ANDREA GUERRA / EL PILÓN.