“La mayoría de las dudas expuestas sobre la nueva ley de licores fueron de tipo presupuestal ya que los principales ajustes delnuevocódigo se enfocaron no solo en el incremento del impuesto, sino en la destinación de los recursos”, aseguró Aristóbulo Cortés, líder del programa de Gestión de Rentas del departamento del Cesar.
De acuerdo al funcionario, es necesario precisar el tiempo de transición de la nueva Ley, los convenios que se han firmado con los productores, distribuidores e importadores, puesto que ya está en vigencia y en los departamentos comenzaron a aplicar las tarifas que se establecieron a los licores.
Explicó que la Federación Nacional de Departamentos es quién elabora los formularios para hacer la declaración a estos impuestos que son nacionales, pero no quedaban claras las disposiciones de la nueva ley.
“Ya se hicieron unas observaciones y fueron corregidas. En los próximos días se estará enviando el nuevo formulario a los comerciantes para que hagan oportunamente la liquidación y el pago del impuesto de licores”, puntualizó Cortés.
El objetivo principal de la nueva Ley de Licores es unificar la forma de tributación de los licores nacionales con los importados, además de reorganizar el monopolio que manejan los departamentos, sin embargo frente a los formularios entregados por la Federación Nacional de Departamentos los entes territoriales no parecen estar listo para la disposición de los recaudos de esta.
Según expresó Lácides Robles, subdirector de Gobierno de la Federación, “son demasiadas las dudas de los Secretarios de Hacienda en los 32 departamentos para la aplicación de la Ley 1816 de 2016. Es urgente este decreto reglamentario que permita definir las reglas de juego para iniciar el recaudo que pasa de 1,4 a 1,8 billones de pesos”.
Sobre la ley
Un aspecto clave de la nueva ley de licores es la estructura impositiva de los licores, ya que la actual pone “en desventaja” a los nacionales frente a los importados, según el proyecto. Actualmente se rigen por un solo gravamen específico, según el grado alcoholimétrico de los mismos, de 297 pesos si es inferior a los 35 grados y de 487 pesos si es superior, por botella de 750 centímetros cúbicos.
“El cambio de esquema establece una combinación de un impuesto específico de 220 pesos por grado alcoholimétrico y un impuesto ‘ad-valoren’ del 25 %. De esta manera se “nivela la cancha”, puesto que los licores importados, que son más caros por ser de alta gama, pagarán proporcionalmente más de lo que venían cancelando. Para los vinos el impuesto específico quedó en 150 pesos por grado alcoholimétrico y un impuesto ‘ad-valoren’ del 20 %”, explicó el director de la Federación Nacional de Departamentos, FNP, Amylkar Acosta, enfatizando que el incremento en los impuestos que deben pagar es el que le permitirá a los territorios tener más ingresos para salud y educación.
Impuesto a la cerveza
-37 % salud
-3 % deporte
-70 % libre destinación
Por Ariadne Osorio Ponce/ EL PILÓN
ariadneosoriop@gmail.com