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Drogas en la academia, otro obstáculo en la educación

Habitantes de Valledupar dicen que un factor del consumo de estupefacientes también se debe a la falta de vigilancia de alumnos por parte de docentes al momento del receso de clases. EL PILÓN/REFERENCIA JOAQUÍN RAMÍREZ.

El consumo de sustancias psicoactivas en las instituciones educativas del país se ha convertido en una problemática social alarmante, que ha puesto en jaque el bienestar de los menores, la credibilidad de la crianza de padres y la autonomía de las instituciones encargadas de infancia y adolescencia.

De este hecho no se escapa el departamento de Cesar. El más reciente caso en Valledupar se presentó hace una semana en una institución educativa del área urbana, en donde dos estudiantes debieron ser recluidos de manera urgente en un centro asistencial por sobredosis, según examen toxicológico dado a conocer por la Secretaría de Salud Municipal.

El Estudio Nacional de Consumo de Sustancias Psicoactivas en Población Escolar en Colombia 2011, realizado por el Gobierno Nacional, a través del Ministerio de Educación, y el Ministerio de Salud y Protección Social (MSPS) demostró que un 12,1% de los estudiantes en este país declararon haber consumido al menos una sustancia ilícita o de uso indebido.

En Valledupar, al parecer, los estudiantes ingirieron unos medicamentos a los que denominan ‘pepas’, que son utilizadas para tratar la epilepsia, y que mezclan con bebidas gaseosas.

Los menores que consumieron dichas drogas en la institución educativa a la que este medio prefiere omitir su nombre, al parecer lo hicieron en horas de descanso, culminado este, comenzaron a presentar vómitos, mareos y desmayos.
Aunque los menores se recuperan del lamentable estado en que fueron encontrados, la situación no debería pasar desapercibida ante las autoridades, puesto que no es la primera vez que esto sucede en la capital del Cesar. En Valledupar los registros de casos de sobredosis en estudiantes datan de 2010, o quizás en tiempos más remotos.

En dicha época, cuando Luis Fabián Fernández Maestre ejercía su mandato como alcalde de Valledupar, expresó “hoy hago pública una preocupación de Estado: el 20% de los niños en los colegios de Valledupar hacen uso de drogas psicoactivas y de alcohol”.

Dijo eso basado en un estudio realizado en el Municipio a través del programa ‘Liga de Superhéroes’, cuyos ejecutores realizaron un muestreo en nueve instituciones educativas de la zona urbana.
Aunque en el 2011 el Cesar apareció entre los departamentos de Colombia con menor tasa de consumo de marihuana, según el estudio, que recibió apoyo de la Oficina de las Naciones Unidas Contra la Droga y el Delito (UNOCD), la Comisión Interamericana para el Control de Abuso de Drogas (CICAD), de la Organización de Estados Americanos (OEA) y la Embajada de los Estados Unidos en Colombia (INL), en Valledupar esta sustancia es fácil de adquirir, según algunos habitantes.

Padres de familia y algunos adolescentes no involucrados en el consumo de drogas dijeron a EL PILÓN que a través de las rejas o calados (similar a ventanas pequeñas), son utilizados por personas que se hacen pasar por vendedores de otros productos donde camuflan las dosis de los diferentes psicotrópicos.

Según las denuncias dadas a conocer por estudiantes, los estupefacientes son transferidos por bolsitas, alimentos y hasta en las libretas de apuntes.
Las pastillas tienen un valor entre 100 y 500 pesos. Son utilizadas con frecuencia en discotecas, en sitios de diversión masiva, tal como denunció EL PILÓN hace un año, cuando dio a conocer ‘Las Tardeadas’ o clandestinas fiestas en donde se observaba el suministro de sustancias psicoactivas y alcoholismo, además de espectáculos sexuales.

El excesivo y continuo consumo de estupefacientes en los menores de Valledupar va más allá de la venta de productos en los alrededores de las instituciones educativas. Se liga, según expertos, a la falta de atención por parte de padres y mayor control de docentes, sumado a la prevención de las autoridades de turno.

El menudeo
El método de venta de sustancias psicoactivas de los últimos tiempos es el menudeo, llamado así por la menor proporción en que la sustancia es entregada a sus compradores o consumidores.
La Policía de Protección a la Infancia y Adolescencia especificó que las drogas producen somnolencia y las personas que las ingieren pueden ser víctimas de violación o cualquier tipo de agresión.

Pueden ser compradas en cualquier droguería
La facilidad con que una persona adquiere un fármaco en cualquier droguería de Valledupar, e incluso de Colombia, es tal vez una de las grandes consecuencias de esta capacidad de adquisición de las drogas que causan un efecto secundario en los menores.

El secretario de Salud Municipal, John Gil Rojas, especificó que muchos de los medicamentos que se venden para la gripa contienen altas dosis de químicos que producen efectos sedantes como la Loratadina, la familia antihistamínicos (que sirve para reducir o eliminar los efectos de las alergias) o los que son a base de la cafeína.

“En Colombia no existe control para la venta de ninguna clase de medicamentos sin receta médica. Los farmaceutas están para entregar el medicamento, mas no para recetarlos, y aunque lo hacen no tenemos la autoridad para sancionarlos”, dijo Gil Rojas.

Sin embargo, aclaró que muy difícilmente los estudiantes pueden adquirir las drogas especiales para uso psiquiátrico, las cuales solo son entregadas con el registro médico, a menos que alguien de una droguería esté haciendo la venta o entrega de manera ilegal.
“Más que los medicamentos, aquí la problemática es que los famosos jíbaros están expendiendo drogas, que inducen a los niños a consumirlos”, dijo el Secretario de Salud, quien agregó que al consumir cualquier tipo de drogas ilícitas puede ello repercutir en el estado emocional de la persona, quien se podría volver dependiente y en cualquier momento podría presentar un paro respiratorio.

El secretario de Educación Municipal, Asdrúbal Rocha Lengua, dijo que su entidad trabaja de la mano con la Oficina de Infancia y Adolescencia de la Policía Nacional, con la Secretaría Local de Salud y con padres de familia para ahondar sobre el tema.

En cuanto a prevención, el Intendente Jaime Padilla, jefe del grupo de Protección de Infancia y Adolescencia de Valledupar, afirmó que existe una ruta de acompañamiento de convivencia estudiantil que se interviene en las instituciones educativas priorizadas con mayor conflictividad.

Agregó que en coordinación con otras entidades, la Policía, que ya viene trabajando un ‘Plan Padrino’ dentro algunas instituciones públicas, se proyectan las líneas de acción de prevención, vigilancia, control e investigativa.

Drogas, ¿escape de conflictos familiares?
Más allá de la crisis educativa relacionada con el consumo de sustancias psicoactivas, los padres son, según la comunidad, los principales responsables de la situación por la que atraviesa la juventud de hoy día.
“Los valores se perdieron, ya los padres no enseñan a sus hijos el respeto, el amor, no los educan en casa, les están dejando todo a los docentes. No entienden que la educación empieza de casa”, dijo Claudia Brito, estudiante universitaria.

Varias personas hablan de la falta de autoridad paternal y el desinterés de estos en la educación de sus hijos.
El Secretario de Educación Municipal ratificó: “el papel del padre de familia es fundamental, que conozcan qué hacen sus hijos, fuera y dentro del salón de clases, sus amistades, los contactos con personas adultas. Ese es el llamado que estamos haciendo como Secretaría”.
Juan Carlos Montenegro, representante legal de la Fundación Aleph por la Vida, entidad que en el 2012 detectó un grupo de personas dedicadas a la venta de estupefacientes a través de dulces en los alrededores de las instituciones para volverlos adictos, explicó que la mayor incidencia del consumo de sustancias psicoactivas en menores se debe a hogares disfuncionales. Es decir, la mayoría de los niños conviven con abuelos o personas distintas a los padres.

Por otra parte, especificó que se han encontrado a menores huérfanos con padres vivos, o sea que los padres no les prestan la mínima atención a los pequeños.

Sin embargo, para contrarrestar esta situación, especificó que la Fundación, a través del área de Salud Mental de la Secretaría de Salud Municipal, dictó capacitaciones en las diferentes instituciones. Intervino alrededor de 28 claustros educativos, capacitó a docentes y formó a gestores en salud mental.

Sustancias que consumen los estudiantes:
– Tabaco o cigarrillo.
– Estimulantes (como Ritalín, Cidrín, entre otros).
– Tranquilizantes (Rivotril, Roche, Rophynol, Xanax, Valium, entre otros).
– Alcohol.
– Alucinógenos (LSD, hongos, yagé, cacao sabanero, entre otros).
– Heroína.
– Marihuana
– Cocaína
– Inhalables (pegantes, solventes volátiles, pinturas).
– Éxtasis
– Bazuco
– Dick (Ladys- Frangancia)
– Popper
– Otras.

Efectos:
Exaltación, sobredosis de energía y avivamiento de los sentidos. Luego se corre el riesgo de deshidratación severa y de paro cardíaco.

CIFRAS
Un 4,4% de los escolares entre 11 y 12 años declaran haber usado alguna sustancia psicoactiva alguna vez en la vida.
1 de cada 14 escolares en Colombia declararon haber fumado marihuana.
1 de cada 4 jóvenes, entre los 11 y 18 años aseguró haber consumido cigarros, bebidas alcohólicas en un 40% y un 12% declararon haber probado una sustancia ilícita.

Por Merlin Duarte García/El Pilón
merlin.duarte@elpilon.com.co

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