El viernes 26 de junio se constituyó en una fecha triste para la sociedad villanuevera y en especial para dos distinguidas familias de este bello municipio como son los Daza Almendrales e Isaza Serrano. Ese día y con diferencia de pocas horas fallecieron en la ciudad de Valledupar donde residían desde hace más de una década, doña Elsa Almendrales de Daza y doña Gisela Serrano de Isaza. Dos mujeres excepcionales villanueveras que le dieron lustre con sus acciones y sus actuares a esta bella población del sur de La Guajira.
Doña Elsa Almendrales de Daza, fue la esposa de Pompilio Daza Martínez, ingeniero agrónomo y uno de los pioneros de la siembra del algodón en Colombia, fallecido hace más de una década pero que dejó huellas por su trasegar en su vida privada, donde descolló de manera ejemplar ante la sociedad villanuevera de la época, ante el gremio profesional y con su intachable conducta forjó un capital que hoy sus hijos lo han sabido multiplicar. Doña Elsa, era oriunda de Barranquilla pero se ganó el cariño de los villanueveros, muy considerada, apreciada y Villanueva la adoptó como una de sus hijas. El vientre de doña Elsa se convirtió en prodigioso al dar a luz a unos grandes profesionales que le han dado brillo y lustre a la tierra Cuna de Acordeones. Iván, quien fuera alto ejecutivo de la nación, como vicepresidente de Carbocol dejó huellas en el alto cargo; Jaime, exdiputado de La Guajira, con un gran recorrido en su vida pública y privada y hoy secretario general de Fedegán en Colombia; Fabián, médico y uno de los mejores urólogos con que cuenta el país y José Daniel, profesional del agro y quien también ha sido exitoso en su devenir histórico.
Doña Gisela Serrano de Isaza, una educadora ejemplar. Por más de 20 años se desempeñó como docente en su Villanueva del alma y fue la directora del colegio Improssur donde colocó a esta institución en un alto índice en calidad educativa. Esposa del exalcalde de Villanueva Alejandro Isaza Lafaurie, quien hoy se encuentra muy delicado de salud en una clínica de Valledupar. Doña Gisela también se convirtió en un vientre prodigioso al dar a luz hijos profesionales de la talla de Carlos Mario, uno de los grandes juristas con cuenta Colombia y que ha descollado de manera exitosa en la capital del país, ha sido Director General de Fiscalías en Colombia, conjuez de la República y también ostentó el cargo de alcalde de Villanueva. Alejandro Tadeo, un docente universitario de los mejores, escritor de temas contables donde sus libros son referencias en varias universidades del país. Álvaro Enrique, ingeniero y una de las mejores cartas de los nuevos profesionales villanueveros y haciendo carreras en Carbones de El Cerrejón, hoy ostenta el cargo de superintendente que ha venido ejerciendo con lujo de competencia e Iván, ya fallecido, y quien se constituyó como un gran amigo de todo de los que lo trataron y conocieron. Doña Gisela fue una mujer ejemplar de esa sociedad villanuevera que fue inmarcesible en sus actos y costumbres y los valores morales y éticos estuvieron siempre por encima de cualquier pretensión económica o de interés alguno. Transparente, ética en todo su accionar, dejó el mejor recuerdo en su Villanueva del alma.
El día del sepelio de ambas, los villanueveros y vallenatos se hicieron sentir para darles el último adiós a estas dos grandes mujeres que han dejado un legado en sus hijos y en sus nietos que patentizan lo que fueron ellas como madres y como mujeres. Un detalle imborrable el mismo día dieron a luz a sus dos hijos últimos hijos: Fabián y Álvaro Enrique. Ese mismo día se fueron para cumplir otros designios al lado de nuestro señor Jesucristo. Hoy se convierten en ángeles de luz que brillan para los suyos. ¡Qué así sea!
Por Hernán Baquero Bracho