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Dos caudillos latinos

Por Aquilino Cotes Zuleta

Están sonando los tambores en Latinoamérica, se sienten sonidos agudos y se perciben movimientos políticos – religiosos que están cambiándole la cara a un hemisferio que ha sido vituperado, saqueado e injuriado por décadas.

Pareciera que estamos en la antesala para ingresar a un escenario más cómodo, renovado, con capacidad para todos y con mejor poder económico. Es que los parecidos históricos y culturales que tienen los países latinoamericanos hacen pensar que estamos cerca de tener la anhelada patria grande.

Mis consejeros periodísticos Tío Chiro y Tío Nan están de acuerdo en que estos dos procesos comenzaron, inicialmente con la llegada de Hugo Chávez Frías a la Presidencia de la República Bolivariana de Venezuela en 1999 con el partido Movimiento Quinta República (MVR) y quien gobernó dicho país (13 años) hasta su muerte el pasado 5 de marzo. El otro acontecimiento histórico es la elección del Papa “Francisco” (Jorge Mario Bergoglio), Argentino.

Chávez fue indisoluble, porque siempre le apostó a un cambio no solo del sistema político venezolano, sino en todo el hemisferio Latino, como está ocurriendo en países como Ecuador, Argentina, Bolivia, Perú y Uruguay. Este proceso solo lleva 14 cortos años y deberá reanudarse a partir del próximo 15 de abril con la elección de Nicolás Maduro.

Sin lugar a dudas Chávez se acercaba a la hipótesis del politólogo canadiense David Easton (conocido por su aplicación de la teoría de sistemas a las ciencias sociales) porque un sistema político funciona en la medida que se distribuya los valores que la sociedad considera útiles como el dinero, la educación, el poder, las instituciones, etc.

Bien lo advierte ex presidente brasileño, Luiz Inacio da Silva: “La muerte de Chávez es una pérdida irreparable para la política de América del Sur” y recordó a Hugo Chávez como un hombre “que pensaba mucho en su pueblo y sobre todo en los más pobres. Sabía que su razón para estar en el gobierno era hacer que los pobres se sientan orgullosos de Venezuela y que pasen a tener derechos. Las ideas de Chávez van a perdurar por muchos años porque América del Sur vive un momento excepcional y él tiene mucho que ver con eso”, agregó a la prensa en Venezuela.

Ahora, el sorpresivo anuncio del nuevo Papa Argentino “Francisco” testimonia la hipótesis de otro “Tsunami”, pero religioso, para Latinoamérica. Termina la línea ortodoxa incrustada en la Iglesia católica. Increíble que después de casi 300 papas llegue como líder del catolicismo un sacerdote jesuita y un religioso que promulga que primero son los pobres, segundo los pobres y tercero los pobres.

En sus apariciones el hoy Papa, manifestó que: “Los derechos humanos se violan no solo por el terrorismo, la represión, los asesinatos, sino también por la existencia de condiciones de extrema pobreza y de condiciones económicas injustas que originan las grandes desigualdades”.

Mis consejeros periodísticos aseguran que la llegada del Papa Argentino provocará cambios sustanciales en la Iglesia católica. Tiene que estar retumbando en los oídos de nuestro Obispo y sacerdotes en Valledupar y el mundo las primeras palabras del nuevo papa: “En nuestra región eclesiástica hay presbíteros que no bautizan a los chicos de las madres solteras porque no fueron concebidos en la santidad del matrimonio (…) Estos son los hipócritas de hoy. Los que clericalizaron a la Iglesia. Los que apartan al pueblo de Dios de la salvación”.

Entretanto, en un papel menos global está Colombia con el proceso de paz con las Farc, en Cuba. Mis consejeros son creyentes de la firma de paz y la salida de sus cabecillas a practicar de nuestra moribunda democracia, en los campos electorales. Santos y las Farc firmarán esa paz. Ojalá que después de esa firma no los revienten a plomo como lo hicieron hace unos años con los de la Unión Patriótica. Lo que sí es seguro es que desde Venezuela, Maduro le apuesta a la paz colombiana y el Papa lo hará dentro de poco. Amanecerá y veremos. Hasta la próxima semana.

 

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