La experiencia de Yeison* con las drogas comenzó ‘por probar’ a los 17 años. Sus amigos en medio de una fiesta le ofrecieron un poco de marihuana y, como los demás la fumaban, él quiso hacerlo también. Luego de un tiempo, habiendo ya experimentado las sensaciones de relajación que produce esta planta, decidió probar la cocaína, en cuyo consumo inició probando bajas dosis, que fue incrementando hasta alcanzar una sobredosis que casi lo lleva a la muerte.
Pese a que las razones que lo llevaron a la adicción nunca se basaron en la ausencia de cariño familiar, una de las principales causas de este problema. Yeison* trató de rehabilitarse en su casa, junto a sus padres, que no tuvieron los recursos para llevarlo a un centro de rehabilitación y, cuando el joven entró en la etapa de ansiedad al cumplir un mes sin consumo, perdieron su control y éste terminó abandonado el hogar para reincidir en la droga.
Casos como el antes descrito se ven por montones en Valledupar, sin que en esta ciudad se hayan invertido hasta la fecha los recursos necesarios para enviar a las personas con problemas de drogadicción a centros de rehabilitación subsidiados por el municipio, tal como sí lo ofrecen otros entes territoriales del país, como Barranquilla, Cali, Bogotá y Medellín. Sin embargo, existe el interés de la administración municipal por crearlo, teniendo en cuenta los reportes que en este sentido ha dado la Policía Cesar.
La jefa de la Oficina de Gestión Social Municipal, María Margarita Ustariz, contó a EL PILÓN que, tras seis meses de haber llegado a gerenciar Valledupar, el alcalde Augusto Ramírez Uhía ha manifestado su preocupación en torno a la falta de un centro de rehabilitación a donde enviar a los consumidores de alucinógenos, muchos de ellos habitantes de la calle. Es por esto que desde la dependencia de Ustariz se desarrolla una estrategia en conjunto con las secretarías de Gobierno y Salud para buscar salidas a este problema.
“En Valledupar sí existen centros de rehabilitación (privados) y a través de las EPS podemos apoyar y presionar para que estas entidades le presten el servicio de salud a estas personas que se encuentran en estado de consumo de sustancias psicoactivas. Entonces, vamos a desarrollar la estrategia en conjunto para poder llevar a estas personas a hacerle la asistencia en salud, pero también vamos a hacerle intervención social”, explicó la funcionaria.
Según la jefa de la Oficina de Gestión Social, el primer paso para encontrar solución a este problema es hacer una caracterización de toda la población consumidora.
“Hay que entender que muchos viven en la calle, pero hay otros que viven en sus casas y van a las calles a consumir, a trabajar en trabajos informales para conseguir dinero para su adicción”, dijo.
Además, explicó que desde la Secretaría de Salud Municipal se diseñarán rutas de atención a los farmacodependientes. Para ello servirá la caracterización que en estos momentos se realiza, que cobija datos como cuántas son las personas drogadictas, qué problemas los han llevado y mantienen en la drogadicción, en qué zona de Valledupar residen, dónde se ubican para consumir.
“No queremos llegar a ellos con la fuerza pública ni los vamos a detener, porque tiene que ser un proceso de concientización y también a través de cultura ciudadana vamos a llegar a intervenir esa población. Eso está dentro de los planes, toda la estrategia de familia que vamos a implementar, ya estamos en procesos finales de contratación, va a ser una intervención masiva a la comunidad, vamos a llegar a los núcleos familiares motivando este tipo de acciones para que se disminuyan estas incidencias en Valledupar”, precisó.
Realizar esta caracterización era necesario en el municipio, pues no existe documentación que relacione a la población drogadicta a nivel local. Para ello, la administración municipal ha destinado tiempo, funcionarios y recursos en el levantamiento de la línea base que no tiene disponible la ciudad.
“Solo sabemos que tenemos personas nuevas en la drogadicción, vienen de otros países y municipios y nosotros tenemos que hacer un levantamiento actualizado”, indicó la funcionaria.
También comentó Ustariz que uno de los sitios manejados por la administración municipal es el Hogar de Paso, pero a allí solamente se envían menores de edad, pues se adolece de un sitio destinado para los consumidores adultos.
“Antes de abrir un centro como el que se necesita y hacerle la inversión grande que se lleva, pues tenemos que justificarla con un buen estudio y una buena caracterización para poder justificar el gasto que nos implica tener un centro y sostenerlo en alimentación, hospedaje y demás”, afirmó.
Se espera que la caracterización de esta población esté lista dentro de tres semanas. Entre tanto, en el más reciente consejo de gobierno municipal se planteó la idea de iniciar con la rehabilitación de 50 jóvenes consumidores, que se dedican a trabajar limpiando vidrios o vendiendo productos en los semáforos.
Por su parte, la secretaria de Gobierno, Sandra Cujia, explicó que mientras se gestiona el apoyo del gobierno departamental para la consecución de un centro de rehabilitación en Valledupar, obra que conllevaría un proceso de contratación que no generará resultados inmediatos, se trabajará para vincular a estos jóvenes mediante sus eps, a centros de rehabilitación que les permitan desintoxicarse.
“También podemos construir con las instituciones no formales procesos de capacitación que les permitan a los que no han validado su bachillerato, hacerlo y darle una alternativa diferente. Esta es una población que es un problema de salubridad más que de seguridad y que debe ser abordado interinstitucionalmente”, afirmó.
Allanamientos a ‘ollas’ de microtráfico
Para conocer las razones por las cuales ha aumentado la preocupación respecto a la población farmacodependiente, basta con conocer las cifras de allanamientos y capturas que se han realizado en el Cesar en lo corrido del 2016.
El comandante operativo de la Policía Cesar, coronel Mauricio Bonilla, explicó que del 1 de enero al 26 de junio de este año se habían realizado 408 capturas por tráfico de estupefacientes y la incautación de drogas suma 500 kilos, en los que se cuentan 65.078 gramos de base de coca, 25.959 gramos de bazuco (que equivale a 26.000 dosis personales), 81.641 gramos de cocaína (que equivale a 81.000 dosis), 96 pastillas de éxtasis, 72 gramos de heroína y 327.063 gramos de marihuana en todo el departamento.
De igual forma se conoció que se han realizado 87 allanamientos por estupefacientes que, en comparación con el mismo periodo del año anterior, han aumentado un 28%. La mayoría de estos procedimientos se han realizado en los barrios Primero de Mayo, Lorenzo Morales, Nueve de Marzo, Pupo y Pescaito. Entre tanto, la mayor cantidad de capturas por barrios se han dado así: ocho en el Primero de mayo, cinco en la Ciudadela 450 años, cinco en El Carmen, seis en Villa del Rosario, cuatro en Guasimales, siete en la invasión Tierra Prometida, siete en el barrio Dangond y dos en la invasión Emmanuel.
Señaló el oficial que en lo corrido del año en Valledupar se realizado 42 allanamientos, 145 capturas relacionadas con estupefacientes y 21.919 gramos de estupefacientes incautados. Entre las drogas más incautadas en Valledupar están la marihuana, con 16.088 gramos, seguido de la base de coca con 2.281 gramos.
Dijo el coronel Bonilla que los sitios preferidos por los drogadictos para consumir y expender alucinógenos suelen ser oscuros, con poca presencia de personas, alejados.
Sectores como La Macarena, ubicado en la margen derecha del río Guatapurí, cumplen con las características antes mencionadas. “Allá llegan las personas enfermas, hurtan lo que esté mal acomodada para conseguir el dinero para la dosis. Esto ataca a toda la familia, por más que se quiera, sin ayuda de una institución especializada va a poder salir. No podemos pretender que el que consume vaya a tratar de salirse solo de ese mundo”, indicó Bonilla.
Sabiendo que en el Cesar no existe un solo sitio de carácter público donde se envíe a los consumidores de alucinógenos que manifiesten voluntad de rehabilitarse, la Policía viene cumpliendo con la cátedra DARE para la prevención de la drogadicción en los colegios. “También se hacen talleres de padres para enseñarles a detectar cómo su hijo anda en malos pasos, esto debe potencializarse para tratar de que la persona que cae en drogas, sea rápidamente identificada por los padres”, recalcó.
Entre los aspectos a tener en cuenta por los padres de familia para detectar el consumo de alucinógenos en sus hijos, están el cambio de comportamiento, dejar de interactuar con los padres, el bajo rendimiento académico, se mantienen encerrados en su habitación, cambian de amistades.
Según el coronel Bonilla, en Valledupar al 44% de los capturados con estupefacientes les han dado detención domiciliaria, al 33% libertad condicional (porque se les ha considerado como enfermos) y solo un 23% están en detención intramural.
“Entonces se vuelve un círculo vicioso y no puede hacerse más desde la Policía. Creen que podemos llegar a capturar cuando alguien está consumiendo vicio en un parque, pero a veces no tienen las dosis suficientes y lo único que nos permite la norma es una expulsión de un sitio público, no se le puede capturar por tener la dosis legal”, agregó el oficial.
Razones para el consumo de psicoactivos
María Eugenia Sarmiento, psicológa que ha laborado en clínicas psiquiátricas privadas y en el área de Salud Mental del Hospital Rosario Pumarejo de López, comentó a EL PILÓN que una persona puede dejar el consumo de alucinógenos siempre y cuando tenga la voluntad para ello, así como un cambio de actitud.
Precisó que debe estar hospitalizada durante tres meses inicialmente: Durante el primer mes, el cerebro empieza a desintoxicar el cuerpo habiendo dejado e consumir, en el segundo mes empieza a recibir intervención sicológica para que la persona exprese lo que sienta y manifieste por qué se involucró en las drogas, si no tuvo apoyo de la familia a nivel emocional o desertó de la escuela, que es otro factor, o por qué se involucran con malas amistades.
No obstante, según Sarmiento, también se dan casos donde el paciente después de tres meses de hospitalización, reincide en las drogas.
“Incide la falta de control, no cambiar de amistades y no tener un proyecto de vida, si no tiene apoyo de la familia para que cambie”, contó.
Entre las razones para llegar a las drogas, de acuerdo a lo manifestado por la sicóloga, están el rechazo de los padres, la falta de un proyecto de vida, la desmotivación y demás carencias afectivas.
*Nombre cambiado a petición de sus familiares.
Solo un 23% de los capturados este año en Valledupar por porte de estupefacientes tienen detención intramural.
Entre las razones más manifestadas por consumidores para llegar a las drogas, están el rechazo de los padres, la falta de un proyecto de vida, la desmotivación y demás carencias afectivas.
Por Jennifer Del Río Coronell
Jenniferdelrio@gmail.com