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¿Y dónde está el alcalde?

Esa es la pregunta que se hacen muchos ciudadanos en Valledupar al percibir la caótica situación de la ciudad. La gota que rebosó la copa fue el caso del Secretario de Tránsito, por estar mal parqueado y reincidir fue destituido y luego reenganchado por presiones de algunos transportadores, lo que pone de manifiesto la falta de liderazgo del alcalde, mañana serán los comerciantes informales, los indígenas o los profesores; y la situación del tránsito, cada día peor, corrupción, caos vehicular y, de ñapa, ni el secretario cumple las normas.

Pero no es solo en tránsito, es en casi todos los sectores. Dos batallas que no debió dar y desgataron la imagen del alcalde, la elección del personero y luego lo del contralor, demostró que se vale de lo que sea para imponer sus preceptos, contraviniendo las leyes de Dios que tanto pregona ¿Qué dirá el pastor Ángel? El portal La Silla Vacía denunció que en la administración mandan el representante “Apebrecht” Cuello y la iglesia Cristiana Cejes; también estuvo en el paredón por la compra de un dron, divulgada por El Pilón, que dejó muy mal parada a la administración; más las contrataciones a dedo del proyecto “La familia es lo primero”, sin mencionar la relación con un Concejo arrodillado, al que le preocupa más una guayabera que presentar un proyecto de acuerdo. En cultura, no podemos estar peor, Miguel Morales muestra lo esperado; la crisis ambiental es total, a pesar de las grandes expectativas con el río Guatapurí, pasó un año y no se ha hecho nada y del río Cesar, ni se diga, Emdupar sigue contaminando sin piedad, mientras guerrea un contrato con Aqua, y la situación del suministro empeora.

En cuanto a libertad de prensa, nuestro alcalde no acepta una crítica y presiona con la pauta; como manifestó en un entrevista a La Silla Caribe la directora de El Pilón, Ana María Ferrer, y es cierto, hay una cuadrilla de tuiteros, encabezada por Sandra Téllez, jefe de prensa, que solo se dedican a insultar por redes, ya a mí me tocó, no entienden que las políticas públicas están sujetas al control ciudadano, no diferencian entre un enemigo político y un crítico. Mientras tanto, seguimos con un ciudad al garete, sin visión de futuro, los constructores se quejan del desorden de la oficina de planeación, no piensan en un Instituto de Desarrollo Urbano, tampoco hay Centro de Convenciones, ni un teatro municipal, pero sí una ciclo ruta abandonada porque es del antecesor. En Turismo tampoco hay oficina; Pro Valledupar, de resultados poco o nada, la ciudad ni siquiera participa en ferias como Anato, una oportunidad para promoverla como destino, ya que armoniza con las líneas que buscan hoy las agencias, cultura y naturaleza. En seguridad, bajaron los homicidios pero los atracos están desbordados, ya hasta en hoteles.

Si no es por el gobernador Franco Ovalle que, por medio de los OCAD y el SIVA, le está echando una mano con obras puntuales como la avenida Adalberto Ovalle, la restauración de la Plaza Alfonso López y el mercado, La Casa en el Aire de Patillal y algunos parques, esto sería la hecatombe; hay unos deprimidos para las glorietas pero hasta no ver no creer. Ya es hora de que el alcalde reaccione, menos twitter y más acción, todavía le quedan 3 años, pero al paso que va, le dará la razón a los detractores, quienes aseguran que es un magnifico político, pero no estaba preparado para el cargo.

@JACOBOSOLANOC

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