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Donación de órganos, un regalo de vida

A las 11:30 de la mañana salió de la Unidad de Cuidados Intensivos, de la clínica Buenos Aires de Valledupar, una camilla empujada por médicos, enfermeras y camillero, que la llevaron al quirófano, ubicado en el 5° piso del centro asistencial.
Aunque varias personas aguardaban en la sala de espera de la UCI, quizás nadie pensaba que este era el último procedimiento quirúrgico al que sería sometido Víctor Manuel, un hombre de 55 años, nacido en Valledupar, quien hace algunos días sufrió muerte cerebral luego de no lograr éxito en su recuperación de cirugía de corazón.

Rosado, sin saberlo, sería uno de los pocos donantes de órganos en la capital del Cesar. Uno de sus riñones fue destinado para prolongarle la vida a una adolescente de 16 años quien urgía de este órgano y que con ansias lo esperaba en un centro asistencial en Bogotá.

En Colombia se calcular que alrededor de 3.000 personas necesitan de un trasplante de órganos o tejidos, según la presidencia de la república.

En el primer piso de la clínica aguardaban dos de sus seis hijos: Orlando y Yesith Rosado, quienes estaban sumergidos en la tristeza al saber que en algunos minutos su padre les sería devuelto sin vida y debía ser llevado de inmediato a una funeraria para poder velarlo y darle cristiana sepultura.

El cuerpo de Víctor fue depositado y luego entregado en un ataúd a sus hijos y familiares que se encontraban en la clínica y no que pudieron contener el llanto.

Entre lágrimas Orlando dijo “cuando llegué le hablé y no sé si me escuchaba, quería verlo con los ojos abiertos antes que se fuera pero no puede, pero le pido a Dios que me de fortaleza y a mis hermanos para salir adelante”

Por su parte, Jeison Andrés Rosado, manifestó “nos sentimos mal, porque mi papá fue una persona que siempre nos reunía, nos preguntaba ¿mis hijos cómo están, cómo les ha ido?, es una persona que siempre fue alegre, nunca se le notó la tristeza, sólo cuando no estábamos al lado de él”.

El trance

Orlando Rosado, hijo del fallecido, explicó que su padre nunca se había enfermado de nada. “De un momento a otro amaneció mal, no se daba para levantar de la cama, lo llevamos al médico y de la clínica Cesar pedimos el traslado para Barranquilla donde duró alrededor de 20 días. No nos podemos quejar de la atención, pero hubo un pequeño inconveniente, allá tenían que operarlo de corazón abierto, pero de un momento a otro, le dieron de alta, y se estaba recuperando; movía los brazos, caminaba por sí mismo, se sentía contento, con ganas de trabajar, nos decía que la muerte tenía que esperar, porque él iba a salir adelante”, dijo Orlando con mirada apagada y fijada en el horizonte.

Sin embargo, los deseos de vivir de ese hombre que se creyó fuerte no fueron suficientes para aquel mal que lo carcomía en sus adentros sin darse cuenta. El señor Rosado decayó la madrugada del 7 de julio del presente año y los médicos le diagnosticaron isquemia cerebral.

“Yo estaba en mi trabajo en el Municipio de Chiriguaná y me dijeron que mi papá estaba mal. No alcancé a verlo con los ojos abiertos” mencionó Orlando, quien afirmó que durante tres días el cuerpo vivo de su padre permaneció en la UCI de la clínica Buenos Aires. Al parecer, un mal procedimiento, al momento de la cirugía, habría acabado con las ilusiones de vida del conductor de tractomulas.

“Nosotros oramos para ver si Dios nos hacía otro milagrito, porque lo necesitábamos, pero no se pudo hacer nada, porque en Barranquilla le dejaron un hueco mínimo en su corazón que fue el que le bombeó sangre a todo el cuerpo y le hizo dar un derrame, lo que le produjo muerte cerebral” manifestó uno de los hijos de Rosado.

Desde ese momento la familia decidió reunirse y tomar una determinación radical: donar los órganos de uno de sus seres más queridos.

“Esto hace parte de nuestro sentido humanitario, de darle vida a aquellas personas que necesiten de un miembro de nuestro cuerpo”. Dijo el Secretario de Salud Municipal.

“Entre todos tomamos la decisión para que una persona siga viviendo con los órganos de mi papá, es como si él estuviera vivo en nuestros corazones. Entre mi mamá y los hijos tomamos esa decisión y nos pareció bueno, porque él estaba como una flor cuando le arrancan el tallo: conectado artificialmente y nosotros dijimos que sí a la donación para que una joven de 16 años pudiera vivir” explicó.

La joven que espera en una clínica de Barranquilla necesitaba un riñón y su esperanza es más fuerte ahora, al recibir ese órgano que fue trasladado hasta la capital del Atlántico.

“A nosotros nos felicitaron en la clínica por esa decisión, porque le dimos un regalo de vida a una niña que de verdad lo necesita, porque él ya no lo iba a necesitar” agregó el muchacho.

EL PILÓN le preguntó a Orlando ¿Su papá en vida hubiese querido ser donante?, y él respondió “nunca hablamos de eso, pero él era una buena persona y sé que no se hubiese negado. Nunca había sabido que eso se podía hacer, me enteré por el médico que nos atendió y fue excelente con nosotros, nos explicó y nos pareció hermoso”.

Holmer Jiménez Ditta, secretario de Salud Municipal, catalogó este hecho como relevante. “Esto hace parte de nuestro sentido humanitario, de nosotros darle vida a aquellas personas que necesiten de un miembro de nuestro cuerpo. Hay que resaltar a esos familiares por lo que hicieron de donar los órganos de un pariente para salvar la vida de una persona” mencionó el funcionario.

Agregó que no es fácil hacer este tipo de donaciones, debido a la cultura que existe, pero indicó “cada día debemos sensibilizarnos más para ser donantes de órganos”

El Instituto Nacional de Salud le brinda la posibilidad a las personas para que sean donantes, por medio de un carnet, el cual es diligenciado a través de la página web de la entidad o por vía telefónica, donde se certifica que la persona es donante y que al momento de fallecer las autoridades científicas pueden extraer los órganos para la respectiva donación.

“Por normatividad, si hay una persona que fallezca y en las primeras seis horas de vida no son reclamados o desautorizados la recuperación de estos órganos, las autoridades científicas pueden tomar la decisión de donar estos órganos si no hay oposición por parte de los familiares” aclaró el jefe de Salud Municipal.

De igual modo, admitió que “nos ha faltado mucho en cuanto a sensibilizar a las personas sobre este tema, tenemos que realizar más actividades al respecto”.

La historia

El primer trasplante de órganos en Colombia se realizó en el departamento de Antioquia en 1973. El Hospital Universitario San Vicente de Paúl es uno de los centros asistenciales que primero se destacó en Latinoamérica.

El pionero de esta importante cirugía fue el médico Álvaro Velásquez Ospina, de 76 años, quien hizo parte de los especialistas que realizaron dicho proceso con donante vivo en el país, casi que al mismo tiempo que se realizó en Inglaterra y España.

El cirujano estadounidense Joseph E. Murray fue el primero en realizar una operación de trasplante de órganos humanos. Exitosa cirugía que lo llevó a ser el premio Nobel de Medicina en el año 1990. A sus 93 años falleció en el mismo hospital de Boston (Massachussetts), donde realizó el primer regalo de vida.

Según la presidencia de la república, en el 2010, Colombia pasó del lugar 6 al 3 en tasa de donación y trasplantes en América Latina, el primer semestre de dicho año se realizaron 578 trasplantes en el país.

Proceso de donación

La donación y el trasplante de órganos es un tratamiento médico por medio del cual órganos, tejidos y células enfermas son reemplazados por las de un donante.

El trasplante es, en muchas ocasiones, la única alternativa de vida para las personas que padecen de alguna enfermedad crónica o terminal.

En Colombia se establece que los órganos que pueden ser donados son: hígado, pulmones, intestino y páncreas, corazón, pulmones y riñones. Y los tejidos como piel, huesos, médula, córneas, tendones, cartílagos, válvulas cardiacas, cartílagos y vasos sanguíneos.

Pese a que la donación de órganos no es común en Valledupar, EL PILÓN conoció que hace cinco años una joven estudiante de la UPC, quien sufrió de trauma encefálico por accidente de tránsito, fue donante de órganos en la capital del Cesar. Una de sus familiares indicó que el padre de la joven decidió entregar en donación los órganos del cuerpo de su hija.

Puntos de vista:

Carlos Iván Ovalle, ingeniero de minas

“La donación de órganos es buena, ya que puedes salvar una vida. Yo estaría dispuesto a donar mis órganos”

Gabriela Barrios, ama de casa

“Cuando mi sobrina se murió, el papá donó los órganos y eso es bueno porque hay posibilidades de vida para otra persona”

Por Merlin Duarte García/El Pilón
merlin.duarte@elpilon.com.co

Categories: Especial
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