Después de sufrir múltiples lesiones y no poder regresar a su mejor nivel, el austriaco Dominic Thiem ha decidido ponerle punto final a su carrera deportiva. A lo largo de estos últimos 12 años logró ser uno de los mejores tenistas de su generación, siendo campeón del US Open y dos veces finalista de Roland Garros.
Tras conquistar el Abierto de los Estados Unidos en el 2020 su carrera dio un giro de 180º. En una entrevista para Blanch Report contó que, al alcanzar la gloria, el mundo se le vino encima, no supo cómo afrontar esa situación, descuidó su alimentación, su estado físico y cuerpo entraron en una zona de confort, las lesiones se apoderaron de él y nunca volvió a su mejor nivel. La salud mental es muy importante en el tenis, y a lo largo de la historia jugadores como Novak Djokovic, Roger Federer y Rafael Nadal la han sabido manejar perfectamente.
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El austriaco siempre se caracterizó por tener un potente golpe de derecha y revés a una mano, su superficie favorita es el polvo de ladrillo donde alcanzó la mayoría de triunfos en su carrera, lo más destacado es haber jugado dos finales de Roland Garros con la leyenda Rafael Nadal. Su estilo de juego agresivo y su capacidad para adaptarse a diferentes superficies, lo han convertido en un competidor formidable.
El retiro de este gran deportista tendría un impacto significativo en el mundo del tenis, sobre todo para las nuevas generaciones. Thiem es uno de los pocos jugadores que desafío al Big 3 (Rafael Nadal, Roger Federer y Novak Djokovic), su ausencia dejaría un vacío en el circuito. El austriaco ha sido una inspiración para todos, demostrando que, con dedicación y esfuerzo, se puede llegar a la cima.
Dominic Thiem, tras anunciar su retiro al final de la temporada, hace una reflexión sobre la vida después del deporte. La gestión de una salud mental sana, la búsqueda de nuevas pasiones y la adaptación a una vida sin la presión constante de la competición son aspectos que el jugador y otros atletas deben considerar.
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El compromiso que demostró Thiem con el tenis fue único, cada torneo y cada práctica los afrontaba con toda responsabilidad, el legado y la inspiración al jugar el deporte blanco, son los principales objetivos que debe trazarse un deportista profesional. Su carrera inspiró a muchos jóvenes a seguir sus pasos y a trabajar duro para alcanzar el éxito. Thiem es considerado como el príncipe de la arcilla en el siglo XXI, tras ser el segundo jugador con mejor rendimiento en las canchas de polvo de ladrillo, después de Nadal con una efectividad del 62 % a lo largo de su carrera.
Por Rodrigo José Morón Henríquez- periodista deportivo
rodrigo.moron@gmail.com