Por: Nurys Pardo Conrado
Me convencí de veraz que tristeza compartida se sufre a medias, pero también que la alegría compartida es doble alegría, lo digo con toda la responsabilidad que creo tener, de eso no les quede la menor duda. Me refiero a ello para describir lo que viví, desde el momento en que La Voz del Cañahuate, esta emisora de los vallenatos y de todos salió de la sintonía, debido al ataque de que fue victima por parte de unos desalmados delincuentes, los cuales callan sus micrófonos, sometiendo a la audiencia a un silencio inacostumbrado.
Cuando me entere de este hecho, sentí que algo me oprimía el corazón, la rabia invadió todos mis sentimientos, no había razón para eso, pero de todo podemos esperar, con lo visto aquí, otras cosas de mayor calado han sucedido y podrán venir mas, ya conocemos de la trágica muerte de los periodistas Amparo Jiménez, luego la de Guzmán Quintero, sin olvidar el caso de Carlos Alberto Atehortua, a quien fuetearon a nalga pelada para opacar su voz, sumado a ello los episodios nefastos de otros periodistas, a quienes con ofensas y advertencias les torturan a diario.
La radio es un medio de comunicación que llega fácilmente a la gente y más como La Voz del Cañaguate, desde allí conocemos los más pequeños sucesos y los grandes acontecimientos, sus programas llenan el corazón de todos y esto contribuye a ese ambiente de conciliación que a media tenemos, ¡claro! En asocio de otros medios noticiosas que hacen lo mismo.
Después de destruir los equipos, noté que numerosos amigos se acercaban a mi para comentar lo referente a esa frecuencia fronteriza, como ella misma lo anuncia, el dolor se veía en muchos; comprendí entonces el porque es de todos, es un bien comunitario a cuya cabeza está el ilustre Doctor Aníbal Martínez Zuleta, el tesonero “cañaguate florecido” como bien le han llamado y merecido el bautismo con esa frase, porque si ese árbol representa simbólicamente a este pueblo, el señor Martínez es fiel y ejemplo vallenato de su fortaleza, estructura, de guía y hasta el color de su flor es semejante al atrayente talante de este paisano ilustre y capaz, sin negarle otras virtudes y meritos.
Gracias a Dios ya se abrió otra vez su programación, mi satisfacción es doble, caso superado y audiencia total, por ello a esas personas que ayer estaban como yo apesadumbradas, les invito que disfrutemos del reinicio, mi gozo es total, esto ha servido como siempre de querer las cosas cuando las perdemos, pero aquí fue momentánea la ausencia.
No es desconocida la influencia de bandas al margen de la ley en la región, ya se restableció el trabajo en la emisora, esperamos la captura de los responsables, ese seria el triunfo completo, ese trabajo corresponde a todos, ayudemos a los organismos de inteligencia a lograrlo, de esta manera la felicidad, compensaría los ratos de silencio vividos, aunque lo indispensable, sobre todo, es acabar con las asociaciones de delincuentes asolapadas dentro de las actividades licitas.
Me complace por todo, pero más que eso, siento mi alegría prestada a la familia Martínez Zuleta, a doña Ana Julia, a la señora Ruth y a todos, a quienes laboran allí y a tantos fieles oyentes de ese medio, castigados con el daño, pero premiados con el regreso.
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