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Dólar y cambio climático

La trepada del dólar a $3.500, tiene a varios sectores productivos y ciudadanos con los nervios de punta. Pues, nuestro país importa más de 16 millones de toneladas de alimentos y materias primas e importa las semillas, fertilizantes y maquinaria agrícola, que se requieren para la producción de unos 34 millones de toneladas de alimentos que consumimos 48.2 millones de colombianos.

Este panorama de devaluación que está viviendo nuestro país, parecido al vivido entre el 2014 y 2016, cuando el dólar saltó de $2.000 a más de $3.000, va a tener un impacto en los costos de producción, los precios de los alimentos y otros productos de la economía del país.

Salvo que la China y la Unión Europea, terminen colocando a bajos precios en Colombia, los productos que ya no podrán exportar a los Estados Unidos -por los altos aranceles que les impuso el gobierno de Donald Trump-, se puede ver afectada la inflación en el último trimestre del año. Ojalá eso no ocurra, porque destruirían lo poco que queda de la producción nacional.

Por otra, golpea duro las finanzas del Estado. Según estimaciones del ministro de Hacienda, Alberto Carrasquilla, por cada alza de $100 en la tasa de cambio, eleve la deuda externa en 1 billón de pesos. Cifra que se compensan con los impuestos asociados a las importaciones y a las exportaciones de Ecopetrol y productos no mineros energéticos.

El mal desempeño de las exportaciones no ayuda mucho. De acuerdo a las cifras del DANE y la DIAN, en agosto de 2019, las ventas externas presentaron una caída del -11,6% en relación con el mismo periodo de 2018. Mientras tanto, las exportaciones del grupo de productos agropecuarios, alimentos y bebidas cayeron en un -1.7% entre enero y agosto de este año. Como dice el dicho costeño, quedamos “ras con bola”.

Si en octubre no se resuelve la guerra comercial entre China y Estados Unidos, si no se desenreda el tema ese del brexit (la salida del Reino Unido de la Unión Europea) y Macri llega a perder las elecciones en Argentina, se pueden presentar más alzas en la tasa de cambio.

Pero el dólar no es el único dolor de cabeza de los empresarios del sector de la economía del país y del gobierno. El cambio climático también nos tiene bastante preocupados. Este año el área y la productividad agrícola y ganadera han visto mermada su rentabilidad por la fuerte sequía y altas temperaturas que trajo desde noviembre del año pasado el fenómeno de El niño.

No existe un solo sector agrícola y pecuario, que no haya visto afectado sus rendimientos por unidad de tierra y por animal en más de un 15%, y golpeadas sus rentas por el incremento de los costos de producción en una misma proporción porcentual.

Estas dos amenazas a la economía colombiana pueden solucionarse si el gobierno le mete el acelerador a las inversiones y normas que requiere con urgencia el sector productivo para aumentar las exportaciones y reducir las importaciones para mejorar el gran déficit de la cuenta corriente. Ah, y si la Corte no tumba la Ley de financiamiento.

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