Las consecuencias de la ‘avalancha’ de carne de origen venezolano, el abigeato y la delincuencia han generado un bajón en el sacrificio de ganado en Coolesar, el único frigorífico autorizado para este fin.
El representante de la cooperativa, Jorge Saade, informó que ayer escasamente sacrificaron 35 reses para el consumo humano, cuando el mes pasado tenían un promedio de sacrificio de 100 animales.
“El viernes 7 de julio matamos 103, el 14 de julio matamos 103, el 21 de julio matamos 111, el 28 de julio matamos 76, y el viernes 4 de agosto matamos 111. Estos registros demuestran que hay un volumen que está por encima de 100 animales”, precisó.
Agregó que el sacrificio de la semana pasada tuvo un promedio de 70 animales, sin tener en cuenta que hay una cantidad considerable de ganado que se va para los supermercados de La Guajira y otros sitios cercanos.
“Este hecho es extraño porque el municipio consume mínimo cerca de 200 bovinos; la pregunta es ¿dónde están sacrificando el resto de animales? La situación es preocupante porque el mayor demandante es la Plaza de Mercado y ellos aseguran que están abastecidos. Este hecho lo hemos puesto al conocimiento de las autoridades competentes: Policía, Policía Fiscal y Aduanera, Polfa; Policía Ambiental y Secretaría de Salud Municipal, pero hasta el momento no han tomado medidas al respecto”, denunció.
Para Saade, la disminución del sacrificio de ganado los ha afectado ostensiblemente y seguramente los obligará a reducir el personal que trabaja en Coolesar (60 personas contratadas de manera directa y 40 de manera indirecta).
“Los mataderos que están alrededor de Valledupar fueron cerrados por Invima, como el caso de San Diego, Pueblo Bello, La Paz y Manaure; así como de pueblitos que están alrededor de Valledupar, como Mariangola, Patillal, Río Seco y Atánquez, por lo que se puede decir que ellos sacrifican su ganado de manera clandestina.
Hay municipios como La Paz y San Diego que siempre tienen carne, dicen que las sacrifican en otros departamentos, lo cual es grave porque pagan los impuestos en otras regiones y les exigen a la administración departamental aportes financieros”, aseveró el gerente de Coolesar.
Lo anterior, según Saade, obedece a que muchos prefieren sacrificar en otros lugares porque el impuesto es más bajo, puesto que los ganaderos de la región por tener un impuesto alto (cerca de $36.000 por animal, entre el Fondo Nacional de Ganado y el de Degüello) algunos prefieren desplazarse a la ilegalidad.
“Obviamente no es la misma calidad. Coolesar es de categoría nacional, tipo exportación y ningún departamento que colinde con el Cesar tiene ese tipo de calificaciones”, sustentó.
Saade exhortó a las autoridades competentes a hacer valer los beneficios del Área Metropolitana, argumentando que “los municipios que comprenden el área metropolitana deberían sacrificar aquí (Coolesar), negarse a participar en la clandestinidad trayendo carnes de otros departamentos, o prestarse para ilegalidad.
Es necesario más control para sacrificio clandestino de parte de Venezuela y de la alta Guajira. Este negocio ha reemplazado la mafia de la gasolina y tienen ‘en jaque’ a una de las empresas más antiguas del Cesar”.
Annelise Barriga Ramírez/EL PILÓN