En las fiestas navideñas nunca faltan los excesos de ricos y variados platos en compañía del alcohol, lo cual determina un alto consumo.
Generalmente en esta temporada que se aproxima, sometemos a nuestros cuerpos a unos días de actividad gastrointestinal exagerada, pero debemos ser muy cuidadosos a la hora de ingerir alimentos en los días previos a las comidas festivas, debido a que puede condicionar nuestra conducta alimentaria.
Es importante tener en cuenta los cuidados de una buena dieta previa a la navidad para poder disfrutar las fiestas sin descuidar la salud, ni sentirnos mal posteriormente.
Recomendaciones
Una de las recomendaciones como primera medida es reservar el consumo; es decir comer como un día habitual, el día de la celebración. No saltar comidas, ni tomar solo líquidos para luego en la cena comer de todo en exageradas cantidades.
De igual forma no es recomendable llevar una dieta estricta protagonizada por prohibiciones alimentarias o que haya una severa restricción de calorías, ya que en ambas situaciones favorecemos la lentitud de nuestro metabolismo, lo que implica menor gasto calórico posterior y promovemos los deseos por comer, así como señales de hambre más que todo en la mencionada fecha.
La dieta a la navidad no debe ser pobre en calorías, pero si sana y muy equilibrada, reduciendo las calorías sin llegar a perder peso, sin embargo cabe resaltar algunos consejos de importancia para que en esta navidad la dieta previa nos permita disfrutar de las variedades en las comidas sin perder de vista la salud, entre estos tenemos.
Planificación y organización flexible de menúes semanales como las variedades en porciones adecuadas y con gran cantidad de nutrientes, además de calorías.
No se debe recurrir a productos milagrosos o dietas, es decir tanto los batidos, como las pastillas suelen ser no convenientes para el consumidor, ya que lo que se logra es atropellar la salud y se puede esperar una alteración con el metabolismo, que posiblemente condicione nuestra conducta alimentaria con los famosos efectos del rebote.
Tampoco es recomendable cohibirse, así se puede disfrutar de los alimentos más preferidos, teniendo en cuenta que no se puede perder el control de la cantidad y la frecuencia.
Limitar las calorías líquidas, evitando el ingreso de bebidas azucaradas o con alcohol, en lo posible tomarlas en escasas cantidades y no todos los días.
Evitar el picoteo y saltar comidas; el ingerir de pie no es buena conducta debido a que no sacia y al evitar saltear alimentos detengamos el incremento del hambre.
Tener claro que si bien en las cenas festivas no se debe comer tan relacionado como el resto de los días, no por eso se echara a perder todo el esfuerzo realizado.
Los días previos a los festejos proponerse comer muy liviano en base a frutas, verduras, carnes magras y alimentos muy bajos en grasa.
No abandonar las actividades físicas puesto que son fundamentales y el principal amortiguador con respecto a las calorías que sobren por esos días.
Las mesas dulces se deben preparar en pequeñas cantidades que estén en un plato, procurando que ese sea el límite de consumo.
En las fiestas de despedida en los días de diciembre, preveer de ante mano comer más de un plato de cada comida.
En la época de navidad debemos recordar que es el tiempo para la reflexión, la evaluación y determinación de nuevas metas, felicitarse por lo logrado, ser tolerantes con lo que todavía no se pudo alcanzar y sobre todo determinar nuevas metas de cuidado para la salud, con nuevos ímpetus sabiendo que ninguno de estos consejos surtirá efecto sin la voluntad de llevarlos acabo.
Por: Ariagnys Gutiérrez