Con el fin de conservar el centro histórico de la ciudad, por disposición de la Alcaldía de Valledupar, el callejón de la Purrututú, sobre la calle 14, es ahora un sendero peatonal.
En una reunión entre los integrantes de la Fundación Aviva y el mandatario de los vallenatos, Augusto Ramírez Uhía, se acordó el cierre del callejón para evitar la circulación de motocicletas y automóviles que deterioran la estructura considerada un bien patrimonial de la ciudad, razón por la que se instalaron dos materas con trinitarias, cada una de un metro con 6 centímetros; la idea de estas estructuras es sumarle belleza a la zona, para no tener que instalar bolardos.
Sin embargo, los residentes del sector no están conformes con la medida de la administración municipal, toda vez que consideran que era necesario primero hacer una socialización.
“Nos taparon la entrada a nuestra propias viviendas sin una previa socialización, al pasar en medio de las ramas de trinitarias ya algunos vecinos se han aruñado la piel. Además, ahora esas materas son usadas como baños públicos de los indigentes. Aquí jamás se han presentado accidentes ni daños en las paredes de las viviendas de bareque por el paso de carros, no entendemos por qué colocaron eso ahí”, así lo manifestó Nolbi Romero, residente del callejón.
Bety Oñate, quien tiene una modistería en el sector dijo: “Yo no estuve acá el día que las instalaron pero también me hubiese opuesto a esto porque esas materas no representan nada para el callejón, solo un obstáculo, razón por la que los vecinos las rodaron, al menos así podemos ingresar caminando”.
Tras las quejas de los moradores de la tradicional calle, quienes culpan a la fundación Aviva de dicha orden, Alba Luque, una de sus fundadoras aclaró la situación.
“Yo no tengo cargo en la Oficina de Planeación ni en ninguna dependencia de la Alcaldía, soy una ciudadana que trabaja por conservar el patrimonio material e inmaterial de Valledupar, desde la Fundación Aviva, conformada hace ya 10 años”, aseguró.
El sendero que hoy genera polémicas entre residentes y transeúntes hace parte de las iniciativa que buscan implementar el Plan Especial de Manejo y Protección, PEMP, del centro histórico.
Por Jennifer Polo / EL PILÓN