Pese a las diferencias, en Valledupar la institucionalidad, candidatos políticos, alternativos, comunidad y Policía, marcharon para decir que no quieren más actos terroristas.
Ya pocos dudan del poder de la tragedia para unir ideales de los sectores más opuestos de la sociedad. El rechazo al terrorismo logró una convergencia poco vista, casi sin precedentes, durante la marcha de este domingo 20 de enero en Valledupar, en un mismo mensaje: rechazo al terrorismo y apoyo a la institucionalidad.
Valledupar no fue la excepción a las principales capitales del país. Cerca de 1.000 personas se congregaron vestidos de blanco en la Gobernación del Cesar para marchar en favor de la Policía, la misma que paradójicamente protegió a quienes salieron a las calles. Una marcha que confirma la tendencia de la ciudad en los últimos años, llamada a ser protagonista dentro de la coyuntura nacional.
Las marchas surgieron después del trágico atentado en el que criminales activaron un carro bomba dentro de la escuela de Cadetes General Santander en Bogotá, que dejó alrededor de 21 uniformados muertos y más de 68 heridos. Cadetes que, en su mayoría no superaban los 30 años. Jóvenes que cumpliendo la labor de la institución, soñaban con trabajar por la seguridad del país.
A los pocos días del atentado se confirmó que el Eln era el grupo responsable, por eso, desde el Gobierno Nacional se tomó la decisión de suspender las negociaciones y reactivar las órdenes de captura en contra de sus líderes.
Algunos estuvieron de acuerdo y otros no en la suspensión de los diálogos, pero las manifestaciones en contra del terrorismo se hicieron al unísono. Desde los sectores más opuestos históricamente dentro de la discusión política se rechazó el atentando. “Invito a todos dirigentes políticos, de todas las vertientes a rechazar el atentado contra la Policía Nacional y a juntarnos en un grito común por la vida en Colombia”, publicó en su cuenta de twitter el senador Gustavo Petro. “Qué dolor. Asciende a 21 la muerte de Policías”, publicó el expresidente Álvaro Uribe.
Pero sin duda, uno de los mensajes más llamativos fue el de Rodrigo Londoño, ex líder de las Farc, desmovilizado y activo en la vida política después del proceso de negociación con el Gobierno Nacional. “Partido Farc condena enfáticamente el atentado con carro bomba contra las instalaciones de la Escuela de Policía General Santander, en el sur de la capital del país”.
En el mismo sentido, en Valledupar se olvidaron las diferencias políticas y se salió a marchar.
LA UNIÓN DE LOS SECTORES PROTAGONISTAS
Con el sol en su esplendor, salieron pasadas las 9 de la mañana políticos de todos los sectores, congresistas, Gobernador, el Alcalde de Valledupar, candidatos, líderes comunales, miembros del gabinete local y departamental.
En las casi tres o cuatro cuadras que ocupaba la marcha, el verde y el blanco fueron los colores dominantes. “Nos sentimos enteramente agradecidos con todas las personas que se han unido para demostrar su apoyo y solidaridad con nosotros”, fueron las palabras del comandante de la Policía Cesar, coronel Mauricio Pedroza, quien no pudo disimular la emoción por el apoyo mostrado.
Estuvo siempre en la cabeza de la marcha junto a sus compañeros. Aunque fue el único autorizado para hablar con los medios, los policías compartían saludos y sentimientos con las personas que les apretaban las manos y les deseaban lo mejor: “Dios los bendiga y los proteja”, “Sigan trabajando por el país que todos estamos con ustedes”, se podía escuchar en los apretones de mano.
En lo más alto estaban las pancartas donde los manifestantes pidieron por la vida, no solo de los policías. Los sectores alternativos que llevan años peleando por la protección de los líderes sociales, reclamaron porque se les brindara protección. “No más policías ni líderes sociales asesinados”, se podía leer en una de ellas.
El sentir era compartido. “Con esta marcha le decimos a Colombia que Valledupar está en contra del terrorismo, que Valledupar está en contra de la guerra. El país debe estar unido. Todos, nuestra ciudad debe estar unida. Le pedimos a Dios mucha sabiduría para todos”, expresó el alcalde de Valledupar, Augusto Ramírez Uhía, quien acorde a la circunstancia abandonó el clásico estilo entusiasmado que caracteriza su discurso por unas palabras pausadas.
Tradicional protagonista del trance local, también hizo presencia el senador Didier Lobo. “Hemos rechazado los actos ocurridos en la ciudad de Bogotá, y también hemos enviado un mensaje a los terroristas, que Valledupar es un territorio de paz. Y un mensaje a los líderes: aquí está una sociedad que sin importar su afiliación política, les muestra su apoyo”, aseguró el senador de Cambio Radical.
Pero en la marcha no solo estuvieron las instituciones. Partidos alternativos hicieron presencia apoyando la agenda de la marcha y con una propia: el rechazo al terrorismo, la invitación al diálogo y la protección de la vida de los líderes sociales. “Un llamado a unirnos todos los vallenatos, de diversos pensamientos y corrientes políticas para repudiar toda forma de violencia. Estuvimos liberales, conservadores, verde, de izquierda, de derecha. Hoy nos unió el rechazo a la violencia, el luto y solidaridad con las víctimas… el deseo de paz”, explicó Piedad Ramírez, líder de la Colombia Humana en Valledupar.
ELLOS SON LOS VERDADEROS PROTAGONISTAS
La voz principal gritaba “abajo el terrorismo”, mientras que el público repetía “¡Abajo, abajo!”. Más allá de la distancia a la que podía llegar el grito de rechazo, el mensaje de una institucionalidad unida, sociedad, Policía, senadores, funcionarios públicos, rechazando el terrorismo y pidiendo respeto por la vida de aquellos que dedican su vida a un uniforme que significa honor y patria, enmarcó la solidaridad de la sociedad vallenata.
Sin importar los líderes políticos presentes, los protagonistas estaban vestidos de verde y con pañuelos blancos. Todos les estrechaban la mano y le pedían una foto.
Poco acostumbrados a los medios, aunque fueron protagonistas, los uniformados siempre mantuvieron la reverencia que los caracteriza. Pero en ellos había una tristeza notable. Bastaba acercarse a preguntarle qué siente un uniformado al perder un compañero. Varios botaron lágrimas, otros la tristeza no les permitió hablar con claridad.
“Es algo inexplicable. ¿Ha perdido un ser querido? Es algo así, porque nosotros somos una familia, el uniforme es como… nuestra sangre”, expresó uno de los uniformados encargado de la seguridad.
Diferente a otras profesiones, ser policía es un estilo de vida, un compromiso, como definió uno de los presentes, “es poner la vida de los demás por encima de la tuya”.
“Llega un punto en que pasas más tiempo con tus compañeros que con tu familia, los que están en tu casa. Yo por ejemplo a veces salgo de la casa a las 7 de la mañana y llego en la noche. Estuve todo el día con ellos recorriendo la ciudad o en el batallón, por eso, siempre digo que en últimas ellos son mi familia”, dijo uno de los policías asistentes. Como el único autorizado para hablar era el comandante, pidieron que sus opiniones no fueran firmadas.
Un grupo de jóvenes policías de edad promedio parecida al de las víctimas, con pañuelos blancos rindieron homenajes a sus compañeros fallecidos. Agrupados casi 30 gritaron en varias ocasiones “Viva la Policía Nacional”. En algún momento, muchos se acercaron a tomarse fotos con ellos, porque intencionalmente, compartían la generación y los sueños de aquellos cadetes a los que un acto de bajeza y cobardía les robó el sueño de proteger a los colombianos, dentro de un conflicto armado ciego y que no discrimina por uniforme ni edad.
“Llega un punto en que pasas más tiempo con tus compañeros que con tu familia, los que están en tu casa. Yo por ejemplo a veces salgo de la casa a las 7 de la mañana y llego en la noche. Estuve todo el día con ellos recorriendo la ciudad o en el batallón, por eso, siempre digo que en últimas ellos son mi familia”, dijo uno de los policías asistentes. Como el único autorizado para hablar era el comandante, pidieron que sus opiniones no fueran firmadas.
Un grupo de jóvenes policías de edad promedio parecida al de las víctimas, con pañuelos blancos rindieron homenajes a sus compañeros fallecidos. Agrupados casi 30 gritaron en varias ocasiones “Viva la Policía Nacional”. En algún momento, muchos se acercaron a tomarse fotos con ellos, porque intencionalmente, compartían la generación y los sueños de aquellos cadetes a los que un acto de bajeza y cobardía les robó el sueño de proteger a los colombianos, dentro de un conflicto armado ciego y que no discrimina por uniforme ni edad.
Por: Deivis Caro / EL PILÓN
deivis.caro@elpilon.com.co