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Diálogos (Última Parte)

Por: Darío Arregocés

Siguiendo con el diálogo sostenido por el rabino Abraham Skorka y el cardenal Bergoglio, tomado de la obra “Sobre el cielo y la tierra” corresponde abordar sus posiciones, frente a la globalización, el matrimonio entre personas del mismo sexo y el asistencialismo. 

Dice Skorka que la globalización es buena en la medida en que no atente contra la cultura de los pueblos, coincidiendo con lo anterior, Bergoglio, se muestra partidario, aclarando que la globalización que uniforma es esencialmente imperialista e instrumentalmente liberal, pero no es humana.

En últimas es una manera de esclavizar a los pueblos. Sobre el matrimonio de parejas del mismo sexo Skorka,  expresa, que dentro del judaísmo existen tendencias que exigen del individuo un determinado comportamiento, a diferencia de la otra tendencia mucho menos invasiva de la privacidad de las personas, lo que  dice la Biblia es que los hombres y las mujeres no tengan relaciones homosexuales, cambiar ese orden de cosas en la sociedad, debe ser motivo de preocupación.

Bergoglio, piensa que este tipo de relaciones constituye un “retroceso antropológico” pues sería debilitar una institución milenaria forjada en el derecho natural pues en la Biblia, se habla de la unión del varón y la mujer.

Se opone a un tipo de unión donde resultarían afectados, la sociedad y terceras personas, pues a estas parejas tendrían derecho a adoptar y concluye diciendo: “Toda persona necesita un padre masculino y una madre femenina que ayuden a plasmar su identidad”. Sobre el asistencialismo, esto es,  la ayuda que los Estados ofrecen a los pobres,Skorka expresa que dentro de su visión religiosa existe la obligación total y absoluta con la pobreza.

Toda la literatura bíblica tiende a garantizar que no haya latifundios, que cada familia tenga una parcela para su subsistencia fijando reglas de explotación de manera que la tierra sea preservada. Bergoglio, piensaque es imprescindible incorporar al pobre a la comunidad, sin incurrir en el paternalismo protector que en última instancia no los deja crecer. La Iglesia está  tan en contra del comunismo,  como del capitalismo salvaje, tenemos que buscar la igualdad de oportunidades.

Coinciden en que el futuro de las religiones va a depender en buena medida de la formación y fortalecimiento de las  pequeñas comunidades, dentro de una concepción eminentemente parroquial, donde se nutran así mismas en  espiritualidad y compromiso social.

 

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