En virtud del Decreto expedido por la Alcaldía, el próximo miércoles 27 de septiembre de la presente anualidad se realizará en esta ciudad el día sin carro, en el horario comprendido entre las 6 a.m. y las 6 p.m. cuya finalidad es la de disminuir los gases de Efecto Invernadero, material particulado y mitigar la contaminación auditiva.
Es de advertir que la medida restringe la circulación de vehículos y motos particulares, con excepción de los discapacitados, grúas al servicio de la Secretaría de Tránsito y Transporte y aseguradoras, vehículos de la fuerza pública, bomberos, cruz roja y organismos del Estado. También se exceptúan, los vehículos de mensajería, domiciliarios y los de plataformas tecnológicas.
Para los despistados, léase: infractores del día sin carro, se tienen previstas multa de $522.900 más la inmovilización del vehículo.
Ahora bien, el día sin carro para mí es otro día más, porque desde hace mucho tiempo me desplazo hacia mi lugar de trabajo en mi bicicleta, lo que me ha permitido ejercitarme, contribuir con el medio ambiente, o la casa común, como la llama Francisco en su encíclica ‘Laudato si’. Además, me permite ahorrar gasolina cuya alza ha sido constante en los últimos meses y, por último, me quito el dolor de cabeza de no tener donde estacionar, exponiéndome a multas por hacerlo en lugares prohibidos.
En este orden de ideas, son muchas las ventajas, pero supongo que no es el caso de los padres de familia que tienen que llevar sus pequeños al colegio, o quienes tienen que ir al trabajo, o quienes tienen programada cita médica para ese día. Asimismo, pienso en los universitarios. Muchos de ellos tendrán que recurrir al transporte público, y será un buen día tanto para los conductores de bus urbano como los taxistas. Los estudiantes tendrán que usar la vieja y olvidada bicicleta para ir a los colegios y universidades.
Pero aquí los importante, y lo que en últimas se desea, es crear consciencia que el cambio climático no es un problema para las futuras generaciones, está presente aquí y ahora y afecta a todo el planeta; que el nivel del mar continuará aumentando, el CO2 y el metano seguirán calentando más el planeta. Es urgente tomar medidas que reduzcan las emisiones de estos gases, pues el hombre le ha declarado la guerra al planeta.
Frase de cierre: “Solo en paz podemos salvar la vida en esta nuestra tierra. No hay paz total sin justicia social, económica y ambiental”. Discurso del Presidente Gustavo Petro Urrego ante la Asamblea General de las Naciones Unidas.
Por: Darío Arregocés Baute / darioarregoces2308@hotmail.com