Es una buena iniciativa la del Ministerio de Educación de hacer un pare hoy en las actividades académicas para que los 16 mil colegios, privados y públicos, hagan una reflexión y un análisis profundo sobre su desempeño educativo para que creen planes de mejoramiento.
La meta, bastante ambiciosa del gobierno nacional, es tener al país más educado de América Latina en el 2025 y para ello quiere comenzar desde ahora. Pero para ello en los diez años que faltan no solo hay que hacer el Día E, de excelencia académica, sino todo el abecedario para fortalecer el sistema educativo del país.
En la jornada de hoy que busca una verdadera reflexión de los docentes, más que de los padres de familia que también participarán en ella, debe primera la sinceridad y la honestidad de los docentes y rectores que finalmente son los que tienen en sus manos la gran responsabilidad de educar a los niños, niñas y jóvenes que acuden a las aulas de los colegios colombianos. Debe salir de ellos mismos, la imperante necesidad de cualificar el recurso docente, porque difícilmente se podrá llegar al 2025 como el país más educado si los profesores siguen rezagados dos décadas en los métodos de enseñanza de aplican o en los obsoletos modelos a los que se aferran por miedo a cambiar.
Los rectores, sobre todo los de colegios oficiales, deben asumir un mayor compromiso para que los profesores no bajen la guardia en sus salones de clases, donde deben impartir con sabiduría la educación que necesitan los jóvenes colombianos.
En el Cesar, especialmente en Valledupar donde se concentra el mayor número de estudiantes, se han dado pasos importantes para mejorar la educación: la alfabetización de 18 mil vallenatos, las maestrías a que han tenido acceso cien docentes con la Universidad Nacional; la capacitación a estudiantes, la entrega de computadores y libros, y el mejoramiento de la infraestructura educativa, son importantes, pero aún falta más.
Los casi cien mil estudiantes vallenatos y los otros setenta mil que hay en el resto del departamento, necesitan que de este Día E salgan buenas reflexiones y que puedan sentir cambios en sus aulas. Todo este esfuerzo de paralizar por un día el sistema educativo, no precisamente por un paro, debe ser aprovechado al máximo.