Con celebraciones eucarísticas, representaciones dramatúrgicas y un conversatorio, la Iglesia Católica de Valledupar celebrará del 28 al 30 del presente mes el milagro de la Virgen del Rosario, que da fundamento a la Leyenda Vallenata.
Esta conmemoración a lo largo de los años se convierte en un gran atractivo para propios y turistas que acuden masivamente a la plaza ‘Alfonso López’ a ver la escenificación de la historia que narra cómo la Virgen salvó a los españoles de un envenenamiento masivo originado por los nativos. El organizador de esta actividad es la Congregación ‘Nuestra Señora del Rosario’ de la Catedral de Valledupar, que en la actualidad cuenta con 250 integrantes afiliados.
“La Virgen María en la vocación del Rosario se presenta como la estrella de la evangelización, lo cual hace posible que el evangelio se constituya en vínculo de paz y fraternidad entre los indios y españoles. Con el fin de mantener vivo este hecho milagroso de generación en generación se ha venido transmitiendo y celebrando como patrimonio cultural de los vallenatos”, aseveró el párroco José Luis Morón.
La Leyenda
Cuenta la historia que cerca del año 1.577 cuando los españoles llegaron a la región, apoderándose de las tierras y de las riquezas de los indígenas y tomando a las indias como esclavas, había una india llamada Francisca, sensual y bella, que despierta los celos de Ana de La Peña, esposa del portugués Antonio de Pereira.
La dama hispana maltrata y azota a la india; en presencia del resto de la servidumbre le corta el cabello, perpetrando de este modo una grave ofensa y humillación a la nativa.
Un indiecito tupe de nombre Antoñuelo, burlando la vigilancia, logra escapar y acude al cacique de los tupes, Coroponiaimo, informándole del incidente. El Cacique lleno decide atacar a los españoles para vengar la ofensa.
La aparición de la Virgen
Según refiere la leyenda, en el momento de la tropelía surge de entre el humo y las llamas la figura deslumbrante y de tierno mirar de una hermosa mujer, que recoge en su manto las flechas encendidas de los indios, evitando de ese modo la destrucción del templo y mayores proporciones de la mortandad.
Ante el prodigio de esta aparición, los indígenas huyen despavoridos buscando refugiarse en sus dominios; pero no es fácil ni tranquila su fuga porque el europeo ha reaccionado violento, iniciando una persecución de exterminio bajo el mando del capitán Antonio Suárez De Flórez.
Mientras los indios libraban la batalla de a pie, los españoles la emprendieron contra ellos debidamente montados a caballo. Esto permitió que remontando las sabanas de Sicarare, llamadas posteriormente “Del Milagro”, les dieran alcance en la laguna del mismo nombre.
Como los indios sabían que de llegar los soldados a este punto estarían agotados y vencidos por la sed, procedieron a envenenar las aguas de la laguna con extracto de barbasco machacado, el cual les produciría una intoxicación inmediata y la pérdida de todas sus fuerzas. En esas condiciones, fácil le sería dar muerte y vencer a sus seguidores. Pero nuevamente aparece la figura hermosa de la mujer con un báculo en su mano, uno por uno, iba tocando a los envenenados y uno por uno volvían a la vida.
ANNELISE BARRIGA RAMIREZ
Annelise.barriga@elpilon.com.co