Por: Hernán Maestre Martínez
Valledupar, Ciudad Ecológica de Colombia. Recuperemos y Conservemos las cuencas de los ríos Guatapurí y Cesar. Hagamos causa común para que el Embalse Los Besotes sea una realidad, es agua para vida en Valledupar, La Paz y San Diego.
De acuerdo con el anterior escrito, lo cierto es que hasta ahora después de 20 años los conocimientos y al igual que los pueblos seguimos sin una protección adecuada.
Es de mencionar, que en el seno de la Convención Mundial de Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC) si bien el tema se fue posicionando y se produjeron numerosos informes científicos, unos destacando la inminencia de los cambios, y otros situándolos en ciclos naturales, dependiendo de la orilla desde donde se expresaran, incluso el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) dedicó un informe sobre Desarrollo Humano alertando sobre las consecuencias del Cambio Climático.
A nivel de obligatoriedad el Protocolo de Kioto fue aprobado en 1997 pero sólo entró en vigor en 2005, es decir, con 13 años de retraso respecto de Rio 92 y a menos de 5 de su expiración, hecho que ha motivado en los últimos 5 años una dura negociación de la diplomacia Internacional en un tire y afloje que aun hoy en día sigue sin resolverse por los diferentes caminos que se promueven como los únicos para salvar este instrumento que nació muy limitado.
Conviene recordar que en las décadas de los 80 y 90 se llevaron a cabo intensas negociaciones sobre Derechos Económicos Sociales y Culturales; sobre Pueblos Indígenas; sobre Hábitat; sobre eliminación de la discriminación hacia la mujer; en fin, una serie de compromisos que los estados fueron adquiriendo a la par que los de carácter ambiental. Y ante la dilación de esa clase de compromisos se esforzaron a colocar metas: las del milenio exigibles al 2015; las de Diversidad para 2010 y proteger el 10% de los bosques del mundo y así se postergó hacia el futuro la concreción de aspiraciones sociales y ambientales.
Llegar a la segunda década del siglo XXI en ese entonces parecía lejos pero poco a poco el futuro se convierte en presente, y lo que tenemos es un desbalance en muchos aspectos. Los documentos comenzaron a mezclar los temas generando en el discurso una interdependencia y una interrelación que no se lograba en la práctica.
Por eso resulta coherente que en la Resolución 64/236, párrafo 20, las Naciones Unidas decidieron organizar una conferencia sobre Desarrollo Sostenible con tres objetivos: 1) renovar el compromiso al más alto nivel a favor del desarrollo sostenible; 2) evaluar los alcances logrados y ver que algunas persisten; y 3) hacer frente a las nuevas dificultades.