La Asociación para el Renacer, Desarrollo y Bienestar de la Población Vulnerable de Colombia Resurgir Colombia, es una organización sin ánimo de lucro, la cual fue fundada por un grupo de víctimas de la violencia en el país, procedentes del corregimiento de Minas de Iracal, del municipio de Pueblo Bello, Cesar, con el propósito de apoyarse ante la situación de abandono que, según ellos, han experimentado por parte de Gobierno nacional.
La asociación la integran 135 familias que fueron desplazadas de forma masiva de sus tierras ubicadas en la zona rural y desde entonces estas personas han luchado por ser escuchados por la Unidad de Víctimas y la Agencia Nacional de Tierras para que las propiedades que les fueron arrebatadas hace algunos años les sean devueltas por medio de los procesos pertinentes. Otras de las acciones que han tomado es la tramitación de proyectos a entidades financieras para recibir un crédito y así desarrollar siembra de cultivos donde participen todos los integrantes de Resurgir Colombia mejorando sus condiciones de vida.
“Desde que nos desplazamos habitamos en los barrios subnormales de la ciudad de Valledupar, viviendo en situaciones precarias y a veces infrahumanas, desempeñando labores de trabajo, alguna sórdidas, y míseras, pero animados por la satisfacción de poder llevarles el pan de cada día a nuestras familias. Dado que ninguna entidad se ha dado a la tarea de atender nuestras necesidades, apersonarse de nosotros como víctimas, como desplazados, a pesar de haber tocado más de una puerta de las entidades del Estado que ejercen competitividad en este tema, sin que ninguna de ellas haya tomado interés en nuestra situación”, sostuvo Luis Hincapié Guerrero, líder de la comunidad desplazada.
Por lo anteriormente manifestado por el líder, la despreocupación y la falta de gestión para la reubicación colectiva por parte de las entidades encargadas, el grupo de desplazados decidió retornar de manera autónoma al corregimiento de Minas de Iracal, para acceder a las propiedades que, según ellos, se encuentran siendo habitadas y trabajadas por otras personas, mientras ellos atraviesan múltiples precariedades en la ciudad.
“De 135 familias, 103 estamos dispuestas a volver al corregimiento de Minas de Iracal, a reclamar lo que es nuestro, a rescatar nuestro pueblo, no importa quiénes o quién esté ocupando nuestras tierras, nuestras viviendas. Aquí en Valledupar nos estamos muriendo de hambre, de pesar, de nostalgia, de vejez, esperanzados en que algunas de esta entidades que supuestamente fueron formuladas para ayudarnos a restablecer nuestros derechos como víctimas del conflicto hagan algo y pasa el tiempo y no hacen nada; diez personas han muerto con esa esperanza, los jóvenes presuntamente están delinquiendo porque no encuentran qué hacer, una ocupación, actividad, algo. Por eso hemos tomado la decisión de volver, y si morimos en el intento será el Estado colombiano el único responsable, porque no han atendido nuestras suplicas”, afirmó Hincapié Guerrero.
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Asimismo añadió que la acción que estarán realizando puede verse de forma autoritaria contra las entidades de Gobierno que velan por la integridad y cumplimento de derechos humanos de los desplazados en el país, aseverando que el retorno de manera propia es una muestra de cansancio y respuesta al abandono que han sido sometidos. “Siempre hemos sido muy respetuosos y obedientes a las leyes y normas, pero queremos hacer saber que estamos cansados de tanta tomadera de pelo por parte del Gobierno. Por lo tanto, vamos a volver a nuestro pueblo, con o sin el acompañamiento estatal”, concluyó el líder de la comunidad desplazada.
El retorno al corregimiento de Minas de Iracal del municipio de Pueblo Bello se estará llevando a cabo el día 15 de noviembre. El punto de encuentro será el sector de la Y, en cercanía al colegio del resguardo Indígena, Gimain, vía Valledupar-Pueblo Bello, donde a partir de las 10 de la mañana 103 familias se dispondrán a exigir las propiedades que en su momento el desplazamiento forzado, a través de grupos al margen de la ley, les fueron arrebatadas.
POR YUSTIN VARELA