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Despedida del botafuegos

Por: Luis Napoleón de Armas P.



La verdad es que estoy impactado en forma  positiva por la manera como el  presidente electo JMS está abordando su esquema de gobierno; su apertura desprovista de odios y guerrerismo y la selección de las personas que han de acompañarlo en las primeras de cambio, es para destacar. Su deslinde del estilo de su antecesor es un motivo para darle un compás de espera para que inicie su gobierno y le ofrezca a los colombianos una alternativa democrática de gobernar. La designación de Juan Camilo Restrepo para el ministerio de agricultura tiene un mensaje de seguridad y de negación de lo representado por Andrés Felipe Arias; con Sandra Bessudo, Rodado, María A Olguín y Echeverry, JMS nos está dando una muestra de seriedad; son personas que brillan con luz propia para irradiar sus propios ministerios. JMS quiere demostrar que él es Santos y Uribe es Uribe. Claro, a Uribe, estas manifestaciones de independencia de Santos, no le gustan y pretende crear algunos nubarrones en el itinerario del nuevo mandatario. Uribe llegó al poder en 2002 como un machomán y así quiere despedirse a manera de francotirador o botafuegos pero no con luces de bengala sino presentando artillería pesada. Uribe, con un sentimiento enfermizo del poder, no está consciente de que su forma obtusa de ver y resolver los problemas ya pasó sino que quiere seguir gobernando por decimales desde su campamento militar. Es curioso que faltándole tres semanas para concluir su mandato, salga a mostrar su portafolio de guerra contra Venezuela, país con el cual Santos ha dicho que arreglaría todas las diferencias; todo eso es viejo. Es muy grave, por supuesto que, de ser cierto, el gobierno de Chávez le de respiración boca a boca a las Farc, permitiendo campamentos de esta organización en ese país. Pero, ¿será que en
Brasil y Panamá no los hay? Ya se comprobó que en Ecuador los tienen o los han tenido. ¿Y en cual país de Latinoamérica no tienen sus células? Incluso, en España, Holanda, Suecia, Francia y otros países más. ¿Por qué tanto escándalo? ¿Por qué será que ninguno de sus ministros lo llama a la cordura? Me parece oportunista y poco elegante con su sucesor, que está tendiendo unos puentes de fraternidad con sus vecinos. El odio personal no puede estar por encima de las relaciones binacionales. ¿Y por qué nadie dice nada que Irak y Afganistán son un gran campamento de las tropas gringas, incluso colombianas?  ¿Y es que acaso, las bases gringas no son también campamentos militares? Aquí hay mucho de maniqueísmo y poca coherencia. Lo ideal sería que Uribe debería estar inaugurando dobles calzadas, nuevos hospitales y colegios, presentando cifras sobre empleo, sobre disminución de asesinatos y de pobreza, y decir por qué las cuatro millones de hectáreas que los paracos le quitaron a los campesinos, no les han sido devueltas; en esta materia este gobierno no ha tenido el más mínimo interés. En vez de tantas bravuconadas, debería explicarle al país porqué se incrementaron la corrupción y la politiquería en sus asfixiantes ocho años de gobierno si ese aspecto era parte de su agenda de los 100 puntos; los colombianos necesitamos saber porqué la política social fracasó dentro de una economía creciente según fuentes del mismo gobierno. Deberá pedirle perdón a la Nación por la defensa acérrima que ha hecho de sus amigos presos por crímenes de lesa humanidad. JMS, si quiere darle una nueva imagen al país, deberá quitarse ese bacalao de encima y evitar que su agenda sea escamoteada. Se esperaba que la oposición a JMS la haría el Polo pero la está haciendo el mismo Uribe.

napoleondearmas@hotmail.com

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