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Desolado el Guatapurí

Joaquín Ramírez/ EL PILÓN Los vendedores del Guatapurí, primero damnificadas por temporada de lluvias.

Aunque no se han presentado emergencias por la temporada de lluvias, en Valledupar ya hay damnificados. 

Se trata de los comerciantes del balneario Hurtado, en la parte baja del río Guatapurí, que han disminuido sus ganancias por la escasez de bañistas, desde que comenzó la temporada de lluvias. 

José Ángel Ferreira, vendedor de bebidas, aseguró que desde finales de agosto ha sentido el bajón en sus ventas. 

Desde la semana pasada, la Oficina de Gestión de Riesgo en Valledupar, prendió las alarmas en las poblaciones asentadas en estribaciones de la Sierra Nevada de Santa Marta, ante las posibles avalanchas y crecientes súbitas que puedan presentarse en los ríos Badillo y Guatapurí. 

“Un día bueno me vendía hasta 900 mil pesos, pero ahora con la lluvia casi nadie viene al río y los días buenos vendo 350 mil en promedio”, afirmó. 

Agregó que el panorama es desolador “la gente llega al balneario y cuando ve el río crecido prefiere irse, otros simplemente se quedan un rato a contemplar el paisaje”. 

A vendedores de comidas, refrescos, bebidas alcohólicas, y cuidadores de carros, entre otros, solo les queda esperar a que llegue el verano. 

Se mantienen las alertas  

Durante la madrugada de ayer, el río Guatapurí, en inmediaciones del balneario Hurtado, aumentó de nivel aproximadamente un metro y medio, afortunadamente no causó estragos.  

Desde la semana pasada, la Oficina de Gestión de Riesgo en Valledupar, prendió las alarmas en las poblaciones asentadas en estribaciones de la Sierra Nevada de Santa Marta, ante las posibles avalanchas y crecientes súbitas que puedan presentarse en los ríos Badillo y Guatapurí. 

La entidad mantiene monitoreo constante en los corregimientos de Atánquez, Chemesquemena y Mariangola, por riesgo de deslizamientos. 

Juan Lara, coordinador de la Oficina de Gestión de Riesgo dijo que le hacen vigilancia constante a los ríos, se informa de manera permanente a las comunidades ribereñas sobre el comportamiento de los afluentes frente a las constantes lluvias, principalmente en los balnearios de La Vega, El Mojao y Hurtado.

Puntos de vista

Juan Del Castillo. Visitante. “Está bastante sucio, no sé si será porque la corriente que se presentó ha arrastrado sedimento y eso le causa a uno bastante recelo”. 

Sammy García. Vendedor. “Desde que empezaron las lluvias está la cosa dura, no vendemos casi nada”. 

Por Martín Elías Mendoza 

 

 

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