Por Andrés Llamas Nova
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Voceros de la comuna 2 de Valledupar aseguran que sus calles y parques son frecuentadas por consumidores de drogas que, en algún momento fueron estudiantes de escuelas locales, abandonaron las aulas por diversas causas y que por supuesto, son menores de edad.
“Hay un grupo bastante grande de jóvenes que están perdidos en la drogadicción. Nosotros queremos que con la policía, y el alcalde, nos apoyen en el sentido de que esos jóvenes puedan tener mejores expectativas”, dijo Laudis Arrieta, líder de Amaneceres del Valle, quien asegura que su comunidad necesita acompañamiento de las autoridades puesto que el problema no solo afecta en los hogares de los jóvenes involucrados; los consumidores de droga por lo general afectan a quienes transitan por la ciudad.
El barrio Villa del Rosario es uno de los barrios que presenta problemas de deserción escolar y consumo de drogas. Según las autoridades municipales, esta población está priorizada dentro de las estrategias de intervención en los hogares.
“Necesitamos que vayan de casa en casa a que los inviten a volver a las clases. Yo creo que un 30 por ciento de quienes desertan de la educación están ligados a las drogas, pero lo demás es por falta de amor y presencia de los padres. Los niños en esta comunidad están siendo criados por abuelos”, dijo Eduvilia Rodríguez, presidenta de La Junta de Acción Comunal de Villa del Rosario.
Hogares que se hacen y se deshacen con rapidez dejan a los niños en manos de terceros y estas situaciones afectan, según los líderes comunitarios, hasta el punto de que los niños se desinteresan por la educación y se lanzan a las calles a ejercer labores de adultos.
Darling Guevara, Jefe de Oficina de Gestión Social del municipio, asegura que un niño que tiene todo el tiempo libre y que en este espacio no hay presencia de padres, escoge otras actividades en las que puede estar presente el consumo de alucinógenos.
“Existe una gran probabilidad de que un niño que no está en la escuela, este en un factor de riesgo a consumir sustancias psicoactivas”, dijo Darling Guevara y aseguró que la estrategia de la administración municipal es la intervención sicosocial en los hogares.
Casa por casa, la Oficina de Gestión Social pretende identificar los factores y niveles de riesgo en el que se encuentra la familia. “El peor nivel es el tres, significa que hay que hacer intervención inmediata en el hogar”, concluyó Guevara.
Según el informe de la firma Ágora, en Valledupar 49 mil 818 menores habitan en la zona urbana del municipio y de estos, el 84.3 por ciento es decir 41 mil 996 adolescentes hacen parte del sistema educativo. También se puede evidenciar que el 8.4 por ciento de esta población está desescolarizada lo que indica que en la adolescencia, la deserción escolar es mucho más alta que en los menores de 12 años, sin desestimar el porcentaje de adolescentes analfabetas que alcanzan un 1 por ciento.
En cuanto a los niños entre 7 y 11 años, se encuentran escolarizados 3 mil 323, el 94.1 por ciento está escolarizado, pero mil 691, correspondientes al 4.3por ciento han abandonado la escuela.