El pasado 20 de octubre salió el informe de desempeño fiscal para la vigencia 2015 (véase https://www.dnp.gov.co/programas/desarrollo-territorial/Estudios-Territoriales/Indicadores-y-Mediciones/Paginas/desempeno-fiscal.aspx). Como gran conclusión del informe se tiene que nuestros entes territoriales han mejorado en el manejo fiscal. Algunos críticos prefieren afirmar que aprendieron a reportar bien en los formatos.
Al revisar el informe encontré una afirmación con la que no estoy de acuerdo y dedico esta columna a revisar el tema. La frase dice lo siguiente: “….contribuir para que la ciudadanía se informe y contraste los resultados con la realidad y la gestión de los mandatarios y para que los órganos de control auditen estos resultados y los confronten con la gestión sectorial y su relación con las finanzas”.
En mi paso por el DNP fui muy crítico con respecto a estas mediciones, si la nación y los mismos entes territoriales no desarrollaban una cultura de seguimiento y evaluación que permitiera conocer resultados e impactos de las inversiones. Pero con el paso de los años y lejos de la intemperancia juvenil, reconozco que es loable lo que se hace, la medición nos indica algo, sin embargo, llevamos años sin que esos datos nos conlleven a otro estado de la gerencia pública.
La medición de estos desempeños (fiscal, integrado) tiene como base principal unos formatos de reporte, donde entre otras cosas, hay subregistros, y ha hecho carrera el mercado de la consultoría sobre cómo realizar buenos reportes para salir bien en el ranking.
Sin embargo, mas allá de la externalidades, es hora de dar un salto y lograr que las mediciones revelen resultados e impactos de la inversión pública, para ello se requiere fortalecer la cultura de seguimiento y evaluación, como en alguna época lo intentaron y soñaron Diego Dorado, Carlos Córdoba o Juan M. Ramírez. Solo por citar un ejemplo de lo que afirmo, hay un departamento que sale muy bien el ranking, sin embargo tiene más de cuatro proyectos (de gran envergadura) catalogados como críticos por el sistema de regalías, ¿cómo explicarle al ciudadano esta situación?.
Por esta razón no creo que el informe le permita al ciudadano contrastar esos desempeños con la realidad, tal y como se afirma. No nos digamos mentiras, en el país no hemos podido cruzar ejecución presupuestal vs. ejecución física vs resultados y luego impactos. De nada le sirve al ciudadano conocer que se cumple con la Ley 617 de 2000, y su problema de agua o de vías sigue igual/peor, o la escuela recién inaugurada presenta fallas estructurales. Solo con este tipo de información el ciudadano podrá contrastar el manejo fiscal con la realidad.