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Descuido monumental

El Colegio Nacional Loperena es un monumento de todos los colombianos, pero es poco lo que se hace para preservar los casi 80 años de historia que resguarda en su interior pese al paulatino deterioro de sus instalaciones.

Repasando los libros de historia encontramos que se trata del primer colegio de bachillerato de Valledupar, cuando todavía este territorio hacía parte del Magdalena Grande. Fue por iniciativa del político liberal Pedro Castro Monsalvo que se creó este plantel, a través de la Ley 95 del 21 de diciembre de 1940 y fue bautizado con el nombre de la heroína María Concepción Loperena.

Las instalaciones fueron declaradas “Monumento Nacional de Colombia” mediante la Ley 93 del 14 de diciembre de 1993 y a partir del 2002, la Secretaría de Educación Departamental mediante resolución No. 1270 del 17 de julio de 2002 clasificó al colegio como una “Institución Educativa, constituida por los niveles de Preescolar, Básica Primaria, Media Básica y Media Completa”, aunque las sedes para preescolar y primaria se encuentran en las escuelas ‘Vicente Roig y Villalba y la Concentración Santodomingo.

Antes de la aparición de los hoy renombrados colegios privados  que se destacan con los mejores puntajes en las pruebas de Estado, este era el mejor entre todos y aún conserva el estatus del plantel público con el más alto rendimiento académico de la capital cesarense.

Ese preámbulo es para destacar la importancia de un monumento cuyos alrededores da grima recorrer. Solo basta con dar un vistazo para notar el descuido monumental de ese centro del conocimiento, donde se formaron como bachilleres la mayoría de los principales personajes de la política y cultura local.

En el costado de la calle 16 hay siete bancas inutilizables por su deterioro y falta de mantenimiento, al igual que ocho postes que debían tener 16 lámparas Led, pero cinco han sido robadas y nadie no ha resuelto el problema, ni alumbrado público ni la administración municipal. Caminar en la noche por los lúgubres alrededores de este monumento, que no tiene luminarias en las carreras 11 y 12 ni en las calles 16A y 16, es un verdadero desafío.

Urge una intervención para mejorar el aspecto de la zona peatonal para que sea placentero caminar por este sitio histórico de Valledupar; de día invadido por los vendedores ambulantes y de noche solitario y en penumbra.

La imagen de Rafael Escalona, Consuelo Araujo, Gabriel García Márquez, Albert Einstein y los indígenas de la Sierra Nevada de Santa Marta no han logrado llamar la atención de las autoridades locales. Los murales en los que están plasmados estos personajes son el único frente para tratar de opacar la desidia, la delincuencia y el vandalismo que se han apoderado de los alrededores del colegio más importante de la ciudad. 

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