Valledupar, al igual que las ciudades intermedias y capitales similares, requiere promover la inversión privada para poder desarrollarse, reducir el empleo y la pobreza y convertirse en una ciudad competitiva, amable y sostenible.
Ese es uno de los objetivos a los cuales tienen que apostarle las fuerzas vivas de la ciudad, los gremios económicos, las universidades, las organizaciones sociales y – por supuesto- la administración municipal, como lo viene haciendo el equipo del Alcalde, Fredys Socarrás Reales.
Con ese propósito el mandatario local ha visto el ejemplo de varias ciudades y regiones, y optado por buscar y conseguir expertos de varias ciudades del país, sobre distintos temas. En materia de urbanismo, trajo a Enrique Peñaloza Londoño; en materia de seguridad al general retirado Néstor Ramírez; en materia de finanzas al tributarista Fidel Castaño y en materia de búsqueda y promoción de inversiones a Tatiana Orozco, directora de Probarranquilla, entidad que viene haciendo una labor envidiable.
Consideramos que no tiene nada de malo en conocer, estudiar y analizar para escoger lo mejor para la ciudad. Lo bueno es lo que se imita, como lo hizo Japón, a mediados del siglo pasado, luego de la segunda guerra mundial: imitó muchas cosas buenas de otros países y se convirtió en potencia económica y tecnológica, líder en el Asia.
En este sentido, tienen razón el Alcalde Socarrás Reales, y su Jefe de la Oficina Asesora de Planeación, Aníbal Quiroz Monsalvo, al promover la inversión foránea a todos los sectores, esto incluye, claro está, el sector de la construcción, en general, y en particular la de vivienda para las clases medias y los sectores populares.
En una economía globalizada, como es la economía moderna, mal haríamos los habitantes de Valledupar en pedir proteccionismos trasnochados, cuando, todo lo contrario, lo que necesitamos es inversión, más inversión, pública o privada, local, nacional o internacional. No importa.
Valledupar necesita nueva inversión para poder adelantar grandes proyectos, venderse como ciudad atractiva, próspera y abierta, como siempre lo ha sido. Esto lo puede ratificar miles de paisas, santandereanos, bogotanos, tolimenses, huilenses, etc, que han encontrado aquí un sitio donde invertir sanamente y crecer, y algunos ellos criar a sus hijos e hijas que se han casado con gente de Valledupar, en un mestizaje que, a la larga, es una fortaleza de la ciudad y la región.
En el caso de la inversión pública destinada a la construcción de infraestructura y vivienda de interés sociales, claro está, se debe tener en cuenta a los empresarios y proveedores locales, esa condición debe pesar a la hora de calificar a los proponentes, obvio que sí, pero la ciudad no puede, ni debe, cerrar su economía.
Ha hecho bien el empresario de la construcción, José Antonio Maya Martínez, de Maya y Asociados, en decir “bienvenida la competencia, estamos preparados para recibirla”; lo único que se necesita es igualdad de condiciones. Y así tiene que ser.
En ese orden de ideas, es una buena noticia para Valledupar que el próximo lunes abra sus puertas Homecenter, un almacén de grandes superficies especializados en el área de construcción, remodelación y decoración del hogar y en la venta a los constructores y ferreteros. Ese hecho es un buen ejemplo de que Valledupar es una ciudad atractiva para traer inversión nueva y montar negocios, en todos los sectores.
Vamos a seguir adelante con Provalledupar, con la constitución de esa promotora de inversión y a trabajar para crear las condiciones para hacer más atractiva la ciudad al capital foráneo, mejorar el tema de los servicios públicos, facilitar la tramitación, seguir trabajando en materia de seguridad, en el tema de los impuestos, entre muchos otros factores que pesan a la hora de sopesar un empresario una inversión.