Para abordar este importante tema, debemos partir por indagar si existen estrategias, mecanismos o políticas del orden Nacional, departamental o municipal, que permitan fomentar y fortalecer el tejido empresarial local, en efecto encontramos variadas e importantes iniciativas, por ejemplo mencionemos dos de tantas, la ley 1530 de 2012, que creó el Sistema General de Regalías, SGR, que es la repartición de los recursos provenientes de la explotación de recursos naturales; en efecto se diseñaron y aprobaron cinco (5) fondos a) el Fondo de Compensación Regional; b) el Fondo de Desarrollo Regional; c) el Fondo de Ahorro y Estabilidad Regional; d) el Fondo de Ciencia ,Tecnología e Innovación y d) el Fondo para el Ahorro Pensional Territorial; otra es la ley 905 del 2.004 o (ley MIPYME), yo la llamo la ley difunta. A nivel departamental y municipal, también se han asignado recursos a través de planes de desarrollo; pero si vamos a la práctica, la realidad es que no encontramos una correlación entre lo asignado y lo ejecutado para el fortalecimiento del aparato productivo local.
Esta reflexión la ha mencionado con mucho conocimiento nuestro periódico local EL PILÓN, en el editorial del 27 de enero de 2017, donde además hace referencia al llamado de advertencia del contralor general de la República, sobre la aplicación y el desvió de los recursos mencionados. Este pronunciamiento de EL PILÓN nos lleva a preguntarnos si los recursos de los fondos mencionados han sido bien, regular o mal invertidos, que nos muestren a los ciudadanos y a los gremios adonde están los efectos de estas inversiones que por demás no son de baja monta.
Pero es que las verdaderas razones para que no se vean las inversiones y el desarrollo del departamento, es la inexistencia de un plan departamental de desarrollo empresarial como política pública, concertada y diseñada para la consolidación del tejido empresarial, la industrialización de la región, el aprovechamiento de los recursos naturales, las capacidades técnicas de los empresarios locales y la mano de obra calificada que reporta el Servicio Nacional de Aprendizaje, Sena. Aquí se convive con unos planes que obedecen a iniciativas coyunturales de los mandatarios de turno, a intereses de grupos electoreros o de iniciativas salidas de personas experimentadas en la formulación y el maquillaje de planes de desarrollo; por supuesto, pagados por el sistema.
Obviamente los empresarios tenemos una gran responsabilidad en la formulación de estos planes; nos conformamos con hacer parte de determinado grupo o partido político que nos ha ofrecido tenernos en cuenta al momento de la contratación oficial, es decir buscamos la solución de “mi problema”, de mi baja participación en el mercado existente, y en la falta de la democratización de las líneas de financiamiento. Los empresarios pensamos egoístamente, en nosotros, en mi problema y por ello me entrego al mejor postor o al que creo que va a ganar el favor popular.
Como dirigente gremial, creo que se hace necesario y perentorio que entre todos construyamos nuestro propio plan de desarrollo empresarial para el departamento del Cesar, abogo por que los mandatarios apoyen esta iniciativa y que los empresarios asumamos nuestra responsabilidad social empresarial.
Por Álvaro Tavera Herrera