La suerte está echada. Colombia escogió la opción de Iván Duque Márquez como su gobierno entre 2018 y 2022. El abogado bogotano de origen paisa, egresado de la Universidad Sergio Arboleda, especializado en Derecho Económico, asumirá las riendas del estado colombiano, en equipo con Martha Lucía Ramírez, como vicepresidenta, esta última de origen conservador y exministra de Comercio Exterior y de Defensa.
Como bien lo dijo en su discurso el domingo, su principal reto es político: alejarse de las prácticas clientelistas y corruptas que vienen afectando a todos los partidos y movimientos políticos en Colombia, sin excepción. Estas enfermedades hicieron metástasis y su extirpación debe ser general.
Los retos económicos, sobre los cuales se debatió en el Seminario de Anif y Fedesarrollo: Colombia a los ojos de Wall Street, la semana pasada en Bogotá, a pesar del aspecto técnico, son de otro orden: respetar la autonomía del Banrepública, como autoridad monetaria, darle el respectivo nivel al Departamento Nacional de Planeación y autonomía técnica a quien designe, en el Minhacienda.
En estas tres entidades, hay claridad conceptual sobre la complejidad del panorama económico del país, más allá de algunos matices de escuelas económicas: austeridad en el gasto público, una tributación de mejor calidad, que se apoye más en las personas, socias de las empresas, y represente un alivio para las empresas como organizaciones económicas.
Y como lo ha dicho el propio presidente electo, en este tema, su principal reto será recuperar buenas tasas de crecimiento económico a mediano y largo plazo, estimulando sectores novedosos como el turismo, la llamada economía naranja, y brindando nuevos y efectivos estímulos a la agricultura y la industria.
Colombia tiene que buscar un modelo de desarrollo más inclusivo, que aplique, en serio la responsabilidad y la función social de la propiedad. Pensar en los trabajadores y principalmente en los informales y en los más pobres.
Otro chicharrón, como se dice popularmente, es el proceso de paz, todo el manejo del postconflicto, que implica inversión en los reinsertados, las víctimas y las regiones donde operaban las FARC. En estos procesos, habrá cambios lo ha dicho con claridad Duque Márquez.
Buena parte del análisis de Anif y Fedesarrollo fue sobre el tema internacional: el gobierno de Estados Unidos ha generado una crisis comercial, China responde y Europa, también, con aumentos de aranceles y otras medidas que afectan el libre comercio. Además, crisis humanitaria en Venezuela; crisis económica en Argentina, crisis política y económica en Brasil, en Perú y protestas en Nicaragua, etc. Es decir, problemas en toda América Latina.
El ministro de Hacienda, Mauricio Cárdenas, en su presentación hizo un balance de la gestión económica del segundo gobierno de Santos, titulada “Colombia: ajuste económico, repunte en marcha”. En efecto, la gestión de Cárdenas tuvo sus logros, en medio de una coyuntura difícil pudo capotear la tormenta, afrontar los choques por la caída en los precios del petróleo, mantuvo la inflación bajo control, pero la tasa del PIB no le ayudó y la economía apenas está repuntando. Son grandes los retos económicos y sociales.
Además, está la problemática de la salud, que lleva años; el tema de Hidro-Ituango, Electricaribe, la inseguridad urbana, entre muchos otros problemas. Duque y Ramírez saben que tienen unos pocos días de descanso, pero no tendrán luna de miel. Esa es Colombia, el país del Sagrado Corazón de Jesús. Suerte al nuevo mandatario y a su equipo.