Graves denuncias fueron expuestas en la primera mesa pública de control social y técnico al programa de alimentación escolar en el municipio, realizada ayer por la Alcaldía de Valledupar.
La comida que sobra en la institución educativa Francisco Molina Sánchez se estaría vendiendo para alimentar cerdos, mientras que en las instalaciones del Jaime Molina les harían ‘pico y placa’ a los estudiantes para la entrega del suplemento alimenticio establecido por el Ministerio de Educación.
“En el Francisco Molina hay niños que comen, algunos quiere repetir porque no quedaron satisfechos, les dicen que se acabó, pero las manipuladoras prefieren meterlas en un balde y a las 5:00 de la tarde se las entregan a personas que las sacan como desperdicio para utilizarlas en porquerizas (para criar cerdos) y eso no debe ser así porque hay niños que necesitan una alimentación”, denunció Aljadis López Méndez, edil de la comuna dos.
Explicó que el ‘pico’ y placa’, consiste en que los estudiantes no reciben los alimentos diariamente sino de forma intermitentes. La mujer dijo que tenía en su poder un vídeo y lo entregaría a la Secretaría de Educación Municipal, así como a los entes de control para que vigilen el cumplimiento del contrato.
Otra de las quejas fue hecha por un estudiante de noveno grado del Loperena, sede Garupal, quien preocupado argumentó que implementos como platos, vasos y cucharas tienen que ser reutilizados. Así mismo, advirtió sobre una falta de higiene por parte de las manipuladoras y advirtió sobre que las carnes que les suministran presentan un color negro y en ocasiones olores nauseabundos.
Analizarán casos
La nutricionista de la Fundación Acción Social Integral, Diana Otero, respondió ante los señalamientos de la comunidad frente a la prestación del servicio en alimentación escolar.
“Nadie está exento de que un funcionario cometa actos que no sean normales, ni legales, vamos a investigar para saber qué está pasando, tendremos un supervisor para que haga la investigación del caso; de ser cierto y encontrar a la persona responsable se tomarán las medidas”, afirmó Otero al referirse a la denuncia en el colegio Francisco Molina Sánchez.
Aseguró que del Loperena Garupal no tienen conocimiento y menos una queja formal para abrir una investigación, pero manifestó que se analizarán todas las querellas escuchadas en la mesa pública.
Acción Social Integral adujo también que 22 instituciones del municipio no tienen condiciones para la preparación de la alimentación y por ello centralizaron la producción para luego hacer la distribución en los diferentes claustros educativos.
Contratación
El contrato de alimentación escolar fue adjudicado a la Fundación Acción Social Integral a través de un convenio por valor superior a los 12.340 millones de pesos, operador que en una ocasión, cuando fue criticado por la manera de cómo cambió su razón social (antes Kábala) para seguir prestando el servicio ofrecido por el Ministerio y el gobierno de Augusto Ramírez Uhía. Inicialmente se contrató el servicio por 139 días, pero ya la alcaldía consiguió los recursos para extenderlo a 180 días como indica el calendario escolar.
Kábala y otros operadores fueron cuestionados por prestar el servicio con alimentos en mal estado, incumplir raciones de comida y tiempos de entrega, pero finalmente se quedaron con los millonarios contratos en esta capital y el resto del Cesar, al cambiar el nombre de sus empresas.
El secretario de Educación, Luis Carlos Matute De la Rosa, comentó que tomó atenta nota de las denuncias y que no es partidario de la venta de alimentos para comida de cerdos y dejar sin comida a unos niños.
“Son casos excepcionales, miraremos cuál es la situación para tomar las medidas necesarias. Nosotros no acolitamos, desde la administración vamos a hablar con el operador para que puedan tomar las acciones pertinentes”, aseveró el funcionario.
Puntos de vista
Clara Hernández, madre.
En la sede San Fernando del colegio Leonidas Acuña, los niños están recibiendo los alimentos en el suelo. Necesitamos la intervención de la Secretaría.
Ever Ruiz Camaño, rector del Casd.
Dos días a la semana les están entregando a los estudiantes un pollo cauchudo, unos bollos duros o unos rosquetes tostados.
Hasta el momento la Secretaría de Educación Municipal no ha recibido quejas por intoxicación de alumnos frente al programa de alimentación escolar.
Unos 50.054 estudiantes de Valledupar reciben la ración alimentaria establecida por el Ministerio de Educación Nacional.
Por Carlos Mario Jiménez
carlos.jimenez@elpilon.com.co