La recesión económica a la que nos dirigimos es inevitable. El decrecimiento del -0.3% en la economía ha encendido las alarmas en todos los sectores, incluyendo la sociedad civil. El aumento al doble del precio de la gasolina entre 2022 y 2023, junto con el temor de un incremento en el precio del diésel, generan preocupación, especialmente en sectores como el turismo, que actualmente enfrenta tiempos difíciles.
Después de la pandemia, el turismo se había convertido en uno de los sectores más activos y fortalecidos. En 2022, por ejemplo, el gasto en turismo aumentó un 56.6% en comparación con 2021, representando un impacto del 2.6% del PIB. Este gasto pasó de 25.7 billones en 2021 a 40.2 billones en 2022, y si se compara con 2019, la variación fue superior al 65%. Sin embargo, las cifras actuales son distintas. Por ejemplo, la ocupación hotelera en Colombia en septiembre de 2023 fue del 58.38%, una caída del 6.24% en comparación con septiembre de 2022.
En 16 regiones turísticas del país, el porcentaje de caída fue incluso mayor, con lugares como San Andrés, Huila y Meta sufriendo drásticamente este impacto.
Varios factores influyen en esta situación, uno de ellos es la seguridad. El 18 de octubre, el Departamento de Estado de EE.UU. emitió alertas de seguridad, aconsejando a los viajeros abstenerse de viajar a Colombia por razones de seguridad. Incidentes como el secuestro del padre de Luis Díaz tiene efectos colaterales en el turismo, y Colombia vuelve a aparecer en los titulares internacionales como un país altamente inseguro.
Sin embargo, la inseguridad no es el único problema. Por ejemplo, el aumento en la tarifa real de hoteles subió un 2.6%, lo qué ha generado un impacto en la disminución de la ocupación hotelera, según datos del Sistema de Información Hotelero (SIH). Este aumento se debe a factores como la eliminación del beneficio del IVA a los hoteles, decisión tomada por el gobierno, que ha hecho que este pase del 5% al 19%.
En lo corrido del 2023, el número de personas haciendo turismo ha disminuido un 1.4% respecto a 2019, una caída de 180.000 turistas. Además, según el Banco de la República, aunque el IPC debería estar en el 3%, actualmente está en el 10.9%, lo cual impacta en la reducción del gasto de las familias y, por ende, en menos personas saliendo de vacaciones.
Es urgente que se tomen decisiones. De lo contrario, veremos otro sector en recesión, además de la construcción: el turismo. Este sector, que en campaña se presentó como alternativa al petróleo, no ha logrado despegar, pues ni Ecopetrol, con una caída del 45% en sus utilidades, ni el turismo están mostrando resultados positivos.
Por Omar Nicolás Ordóñez Ruiz.