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Del re-mínimo, al opulento salario parlamentario

Por Luis Napoleón de Armas P.

Cada fin de año se reúnen el gobierno y las centrales obreras para fijar el salario mínimo mensual, SMM, que devengan mas del 80% de todos los trabajadores colombianos; cada punto de aumento es mirado por el gobierno con lupa: productividad, inflación, empleo y cosas mas de tipo macroeconómica; esta es una agenda protocolaria porque nunca se da el acuerdo y el gobierna termina haciéndolo por decreto dónde pierden los trabajadores.

Entre 2000 y 2013, el SMM creció a una tasa nominal interanual de 7.05%, pero la inflación en este periodo varió del 9 al 2.4% anual así que ajustando el salario por el índice precios al consumidor, el SMM de 2013 sería solo de $323.500, con un incremento interanual de 1.83%. Nunca el gobierno ha defendido un aumento real.

Pero qué paradoja, a raíz de una decisión del Consejo de Estado, mediante la cual le quitan una prima extralegal a los congresistas, cercana a ocho millones de pesos mensuales, el gobierno, cual cancerbero de los ingresos parlamentarios, reta la decisión judicial resarciendo a los pordioseros del Congreso.

Según una investigación de Semana.com, nuestros padres de la patria tienen el tercer salario más alto de Sur América, equivalente a 38 SMM de los nuestros, después de Chile y Brasil, que tienen salarios vergonzosos frente al número de SMM nacionales.

Según una investigación de Vanguardia Liberal, el salario anual de un congresista asciende a casi trescientos millones de pesos, pero si a ese envidiable ingreso le sumamos lo que vale la Unidad legislativa, que es superior a los 28 millones de pesos por mes, que la manejan a su arbitrio, los ingresos anuales se acercarían a los 443 millones de pesos; pero si fuera poco, tienen franquicias para viajes nacionales en avión y subsidios a planes de celulares de hasta 900 minutos; también disponen de un vehículo blindado, casi siempre 4×4, solo por laborar, a lo sumo, tres días semanales. Según la publicación, un congresista le sale al país por $3.200 millones de pesos en el periodo.

Esto no es justo con los que realmente trabajan de sol a sol, es una vergüenza nacional.

Nuestra democracia es muy costosa e ineficiente; el Congreso es la institución pública mas desprestigiada y la verdad, no necesitamos mas leyes inocuas e inaplicables, ni congresistas pulsando con el ejecutivo para cambiar votos por burocracia que les permita el reciclaje.

¿Por qué hago este relato? Bueno, ya viene el avispero buscando una canonjía congresional y no vemos a nadie con estirpe de patriota, si lo veo les cuento.   

nadarpe@gmail.com

 

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