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Del puente Pumarejo al puente de Machoballo

“Maye no le tengas miedo a la creciente del Cesar, que yo lo voy a cruzar es por el puente Salguero”.
De las múltiples grabaciones que existen de la canción titulada ‘La creciente del Cesar’, de la autoría del maestro Escalona, he escuchado la de Bovea y sus Vallenatos, de Alejo Durán, de Colacho Mendoza y la de los Hermanos Zuleta, consideramos que esta última es la mejor no solo por el chorro de voz que allí dejó ‘Poncho’ extendido en la plenitud de sus pulmones, sino por la extraordinaria digitación de Emilianito con la nota profunda rapidita y picada de su acordeón, ellos la incluyeron en el corte número 01, del Lado A, del LP titulado ‘El cóndor legendario’, cuyo lanzamiento lo hizo la CBS el 15 de septiembre de 1977.

El aparte que antecede corresponde a la precitada canción que vino a mi mente en días pasados mientras sentía envidia de la buena en mi transito sobre el legendario puente Pumarejo sobre el río Magdalena en la mollera de Barranquilla, allí pude observar, con perplejidad, con admiración, con agradable sorpresa los avances del monumental puente, que sin duda parece papá del actual que se levanta enchollao al costado del que fue durante varias décadas orgullo de la ingeniería civil y naval colombiana, bautizado por Misael Pastrana Borrero en 1972 como “Puente Laureano Gómez Castro” y rebautizado por el pueblo –y así se quedó- con el nombre de “Puente Pumarejo” como testimonio de gratitud a su padre putativo, su coterráneo Ingeniero Jaime Pumarejo.

En aquel momento cuando esa obra monumental y merecida para una ciudad donde su dirigencia se une para gestionar obras para su tierra, donde el canibalismo no existe, vino a mi mente el puente de nosotros los guajiros, “el puente sobre la quebrada Moreno” en Machoballo, un monumento a la ineptitud que mucho ha servido… pero para servir de trampa donde han muerto los sueños y las esperanzas de muchas familias de la región, inclusive, la misma noche que allí estuve observando los riesgos que representaba, y tomé fotografías que publiqué en mi cuenta de Twitter llamando la atención de las autoridades, perdieron la vida dos jóvenes, y a pesar de que esa vieja obra de infraestructura colapsó hace seis años, todavía con evidente modorra están doblando varillitas y metiendo clavitos para dar forma a lo que será eventualmente un puentecito corto y más angosto que el que la quebrada se estaba tragando.

Me atrevo a decir que cuando se iniciaron las “obras” de ese puente, el que están construyendo en Barranquilla todavía estaba en maqueta en algún Ministerio en Bogotá, y como va la vaina bailarán garabato, puya loca y merecumbé los barranquilleros sobre el papá de los puentes de Colombia con sus patas metidas en el Magdalena en su inauguración, y todavía estaremos nosotros con el puentecito del gallo capón tratando de meter una zapatilla en el agua de la quebrá, esa vaina nos hace sentir impotentes, y produce pingarria colectiva, la gente anda más pendiente de dañar al otro y de aprovechar los descuidos ajenos para el enriquecimiento personal que de la defensa de los derechos colectivos, así La Guajira continuará hasta siempre con el agua al cuello y la autoestima en los tobillos.

La fresa del postre es que mientras uno por allá queda deslumbrado con las denominadas vías 4G de cuatro pelos de ida y cuatro de venida, nosotros nos seguimos matando aquí en la vía de medio pelo de La Florida a Cuestecitas porque incurriendo en inexcusable Fraude a Resolución Judicial, en desacato, y desafiando a la Rama Judicial, no ha sido posible que ninguno de los Gobernadores del Departamento de La Guajira le dé cumplimiento a la Sentencia del Tribunal Contencioso Administrativo por la cual al Fallar una Acción Popular promovida por la Procuraduría 154 Judicial Administrativa le ordenó la reconstrucción de dicho tramo vial en el término de seis meses, y han pasado ya cinco años; para que le diera cumplimiento le envié con oficio copia del Fallo a Juan Francisco Gómez, le entregue personalmente copia del fallo a José María Ballesteros y también se la entregué en sus manos a Oneida Pinto, y nada…Tengo lista la guayabera para dar pésame por el próximo muerto, por accidente en los huecos, enseguida dirán, “Culpa de los cachacos”. ¡Que vaina!

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Luis Eduardo Acosta Medina: