X

Del dequeísmo al queísmo

MISCELÁNEA

Por Luis Augusto González Pimienta

De tiempo en tiempo introducimos usos en el lenguaje que en lugar de mejorarlo lo empeoran. Así, al feo e inculto dequeísmo, consistente en el uso indebido de la preposición de delante de la conjunción que cuando la preposición no viene exigida por ninguna palabra del enunciado, le hemos enfrentado como novedad el queísmo o empleo indebido de la conjunción que en lugar de la secuencia de que. Como reza el viejo apotegma, todo extremo es vicioso.

Este complicado párrafo inicial se entiende mejor con ejemplos. Constituyen expresiones viciadas por dequeísmo: Me alegra de que seas feliz (correcto: Me alegra que seas feliz). Es seguro de que viene (correcto: Es seguro que viene). Me preocupa de que no hayan llegado (correcto: Me preocupan que no hayan llegado). Es posible de que viaje (correcto: Es posible que viaje). En todos esos casos, se antepone la preposición de a una oración subordinada sustantiva de sujeto.

Se da también el dequeísmo en: Opino de que no debes salir (correcto: Opino que no debes salir). Pienso de que te visitaré pronto (correcto: Pienso que te visitaré pronto). Me dijeron de que te habías casado (correcto: Me dijeron que te habías casado).Temo de que no llegues a tiempo (correcto: Temo que no llegues a tiempo). Le comunicaron de que fue destituido (correcto: Le comunicaron que fue destituido). Son casos en los que por error se antepone la preposición de al complemento directo.

Más dequeísmos: Mi deseo es de que te vaya bien (correcto: Mi deseo es que te vaya bien). A medida de que lleguen los atenderé (correcto: A medida que lleguen los atenderé). A no ser de que confieses  (correcto: A no ser que confieses).

Otra forma de dequeísmo es la utilización de la preposición de por la que realmente exige el verbo: Insistieron de que fuéramos con ellos (correcto: Insistieron en que fuéramos con ellos). Me fijé de que llevaba corbata (correcto: Me fijé en que llevaba corbata).

Entre las gentes medianamente cultas el vicio actual es el queísmo, también llamado  antidequeísmo o dequefobia (la Real Academia Española sólo incluye ‘queísmo’). Se traduce en la supresión de la preposición, generalmente la de, cuando debe usarse, por temor a incurrir en error. Es el polo opuesto. Ejemplos: Me alegro que seas feliz (correcto: Me alegro de que seas feliz). Me preocupo que no os falte nada (correcto: Me preocupo de que no os falte nada).  Estoy convencido que aprobé el examen (correcto: Estoy convencido de que aprobé el examen). Insistió que saltaría (correcto: Insistió en que saltaría). Tengo ganas que llueva (correcto: Tengo ganas de que llueva). No cabe duda que es un gran escritor (correcto: No cabe duda de que es un gran escritor). Después me enteraría que ése es su estilo (correcto: Después me enteraría de que ése es su estilo). Al igual que en el dequeísmo son muchos los ejemplos.

La fórmula para evitar tanto el dequeísmo como el queísmo la da la Real Academia Española así: “Un procedimiento que puede servir en muchos de estos casos para determinar si debe emplearse la secuencia de «preposición + que», o simplemente que, es el de transformar el enunciado dudoso en interrogativo. Si la pregunta debe ir encabezada por la preposición, esta ha de mantenerse en la modalidad enunciativa. Si la pregunta no lleva preposición, tampoco ha de usarse esta en la modalidad enunciativa: ¿DE qué se preocupa? (Se preocupa DE que…); ¿Qué le preocupa? (Le preocupa que…); ¿DE qué está seguro? (Está seguro DE que…); ¿Qué opina? (Opina que…); ¿EN qué insistió el instructor? (Insistió EN que…)”.

Espero que la explicación haya sido clara y estoy convencido de que a algunos les aprovechará.

Categories: Columnista
Luis_Augusto_Gonzalez: