En cuarentena extrañamos tomarnos un café de cara a los contertulios.
El café, el tinto como decimos, – en algunos paises latinos a tomar la copa de vino-, es un buen compañero en la oficina, pero ahora se ha desplazado al lugar de casa.
Nuestros productores de las sierras de Perijá y la Nevada vienen preparando su próxima cosecha. Se espera que con los actuales precios internacionales de mas de US 1 por libra, y el nivel de la devaluación de $4.000 por dólar, se remunere muy bien el esfuerzo del cafetero. El precio para este hoy alcanza $1.215.000 la carga de pergamino seco que corresponde a 125 kilogramos.
Bien, pues logró persistir, renovar y mantener el cafetal, motivo para celebrar en medio de la crisis agrícola y de la actual pandemia que ha agotado los dineros de la gente. Eso ayuda a amortiguar su mal impacto en la economía regional.
En Colombia 540 mil familias derivan sus ingresos como productores del café. El Comité de Cafeteros Cesar Guajira agrupa a 10.309 familias, incluyendo 703 del sur de Bolivar.
En el Cesar son 7.929 familias, campesinos e indígenas. Algunos de estos les ponen su sello de origen y cultura, bastante atractivo en nichos internacionales. Pero sin duda la marca conocida mundialmente es el Café de Colombia.
En Cesar son 23.629 hectáreas, Guajira 4.254 y Bolívar 1.386. El promedio por caficultor para Cesar y Guajira es de 3 hectáreas y en Bolívar 2 . El promedio de plantas por hectárea es de 4.847 para todo el Comité. En productividad Cesar está por los 17.5 sacos de 60 kilos por hectárea. La nacional es de 22 sacos. La diferencia radica en que el café del Caribe se cultiva bajo sombra por el brillo solar, pero ambientalmente es el más sostenible del país.
Es una caficultura de pequeños productores, se recolecta con personal de la región, entre 5 y 8 % viene del sur del Magdalena y algunos de Córdoba. No hay la población trashumante que tiene el interior, por eso los costos de recolección son casi la mitad que en el interior.
Alvaro Osorio, buena cabeza del Comité, nos dice: “Necesitamos industrializar nuestro café, ahora con esta crisis del coronavirus debemos conseguir 20.000 libras de café tostado y molido que necesita el gobernador Monsalvo para los mercados de la asistencia humanitaria. La trilla se puede hacer, lo que no hay son tostadoras y calidad en la tostión. No hay café porque, como no hay industrialización, se vende en pergamino y se va para la exportación o para el interior, si hubiera la posibilidad de tostar una parte se quedaba acá para atender ese mercado. Podriamos consumir lo nuestro, no consumir otras marcas en los cuales la materia prima ni siquiera es colombiana, son pasillas traídas del Perú, Honduras y hasta del Vietnam”.
El Comité ademas de ejecutar un convenio de ciencia y tecnología con la Gobernación que mejorará la producción, estructura y ejecuta proyectos, como los de obras por impuestos, y los que las comunidades requieren en municipios PDET. Prueba tangible de implementacion de la paz, en placahuellas y obras transformadoras, justo porque sus labriegos fueron muy afectados por la cruel violencia guerrillera y paramilitar.