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Déjenlo descansar en paz

Por: Luis Rafael Nieto Pardo
Defensor público

Tengo entendido que aun no le habían volcado la última palada de tierra sobre el féretro, cuando ya los familiares más cercanos al Joe Arroyo estaban, y están trenzados, en una agria y bochornosa disputa por la herencia.  Cada grupo escogió su Sparring: en una esquina el grupo de Jaqueline, con Arcadio  Martínez Pumarejo a la cabeza; y en la otra esquina el grupo de mi Mary con el Show-man, Abelardo de La Espriella.

Como también tengo entendido que estos abogados tienen, o comparten, oficinas en Barranquilla, bien vale la pena traer a colación la siguiente referencia de Aristóteles en su Ética Nicomaquea:

La amistad y la justicia parecen referirse a las mismas cosas y radicar en los mismos sujetos. En toda asociación parece haber cierta justicia y también amistad; y así notamos darse nombre de amigos los que juntos navegan y los que juntos combaten, así como los asociados en cualquier otra especie de compañía.

En la medida en que están asociados, en esa misma medida existe la amistad, y también la justicia. Y el proverbio “todo es común entre amigos”, es correcto, puesto que en la comunidad consiste la amistad.

Entre hermanos y camaradas son verdaderamente comunes todas las cosas.  En los otros casos las cosas en común están definidas, siendo en unos más y en otros menos; y así las amistades unas son mayores y otras menores.  Igualmente difieren las relaciones de justicia, que no son las mismas las de los padres con los hijos y las de los hermanos entre sí, como tampoco las de los camaradas y los ciudadanos, y así en las demás amistades.

Diferentes son también las injusticias en cada uno de estos casos, tomando incremento según es mayor la relación de amistad.  Así, por ejemplo, es más grave despojar a un camarada que a un ciudadano, y no ayudar a un hermano que a un extraño, y golpear al padre que a otro cualquiera.  La justicia, por su naturaleza, crece a la par de la amistad, como que ambas existen en los mismos sujetos y tienen igual extensión.

Ahora bien, las comunidades todas son como partes de la comunidad política, pues si los viajeros se juntan con la mira de alguna ventaja y para procurarse algo de lo que es necesario en la vida, la comunidad política a su vez constitúyese evidentemente en su origen en gracia al interés común, y por éste perdura.  A esto es a lo que los legisladores apuntan, y promulgan ser justo lo que redunda en provecho de la comunidad.
Las otras comunidades, por su parte, tienden a una utilidad parcial: los hombres de mar, por ejemplo, a la conveniencia de la navegación, con objeto de hacer dinero o algo semejante;  los soldados de un ejército al éxito en la guerra, ya sea que les anime el deseo de la riqueza, de la victoria o la posesión de una ciudad; y otro tanto los miembros de la misma tribu o del mismo distrito.

Algunas de estas asociaciones parecen incluso constituirse por un motivo de placer, como las cofradías y los clubes sociales, los cuales tiene por fin respectivamente hacer un sacrificio o disfrutar del trato social, y esto aun en los momentos en que sus miembros consuman sacrificios y tienen reuniones con ocasión de ellos, dando honor a los dioses y procurándose a sí mismos recreación y placer.

Todas las comunidades, en suma, son manifiestamente parcelas de la comunidad política;  y las amistades especiales de que hemos hablado corresponden a los diferentes tipos de comunidades parciales.

nietopardoluisrafael@latinmail.com

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