Valledupar confirmó en estos días santos su potencial turístico, tenemos los recursos turísticos suficientes para ofrecer una agenda completa que satisfaga a los visitantes y conecte a los mismos vallenatos con sus riquezas turísticas.
Los paisajes naturales, sin tanta intervención, son los más visitados. La ruta del turismo que comienza en el balneario Hurtado el punto más conocido y concurrido hace una década, se ha ido extendiendo y ya pasó por La Vega, Guacoche, Patilla, La Mina, Mojao, Pontón y hoy, abriendo nuevas ofertas, se posó sobre Guatapurí y Chemesquemena, destino que hace 15 años nadie visitaba por culpa de la violencia.
Las vías han mejorado y permiten la movilidad tranquila de vehículos de todo tipo. Los ríos Guatapurí, Badillo y Candela cuentan con sus balnearios tradicionales y otros que se abren paso. Las cifras de turistas cada vez aumentan más.
Es un negocio redondo: Turismo, reactivación de la economía alrededor del mismo. Sin embargo, la realidad es otras. Las mismas debilidades que encontró el alcalde Fredys Socarrás y su equipo de trabajo cuando realizaron su Plan de Desarrollo, son las mismas hoy tres años después; es decir, no ha ejecutado los programas y proyectos que propuso para potenciar el turismo vallenato, que trasciende de la caja, la guacharaca y el folclor. En Valledupar hay turistas todo el año y así quedó demostrado en esta Semana Santa.
Es tanta la desidia de la administración Socarrás que ni siquiera tienen una oficina dedicada a este tema. Ni los mismos secretarios de despacho saben quién maneja turismo y lo que no hicieron en tres años y tres meses, no lo van a hacer en nueve meses.
Es vergonzoso que Valledupar, su casco urbano, sus 25 corregimientos y sus sitios turísticos no cuenten con la señalización por lo menos que oriente a los visitantes, que menos encuentran un guía que les diga qué hay en el lugar. No hay una guía turística permanente que muestre en detalle la oferta turística, no hay un punto físico donde las personas se puedan acercar a absolver inquietudes.
¿Ya se acerca Festival Vallenato y seguiremos en las mismas? Si Se gastaron 900 millones en unos carnavales mal organizados, por qué no hacerlo para motivar el turismo y mostrar una imagen diferente a la de una ciudad desorganizada que no atiende a sus visitantes.
Tenemos un sector turístico sobre diagnosticado, sabemos suficientemente las debilidades y las fortalezas, pero no hay estrategias de fondo que hagan de este renglón un verdadero eslabón de la economía.