Es cosa grata volver al colegio, es reconfortante para las familias aunque no sea igual para muchos niños y jóvenes después de unas largas vacaciones junto a los compañeros, primos, padres o abuelos. Pero es un cronograma vital en eso que desde la antigüedad se llama el calendario. La jornada escolar.
“Los niños prefieren quedarse en el río que venir a la escuela”, se quejaban las matronas del Cerezo, el viejo barrio de Valledupar. Viene, ahora entonces, la preocupación por el transporte, -se contrataron inusualmente esta vez primero el PAE que los buses-, por la organización de los útiles y el vestuario.
En no pocas familias la preocupación son los cupos, especialmente cuando se buscan en escuelas próximas a la vivienda o al trabajo de la familia. Y como se ha evidenciado, los padres de familia quieren ir a nuevos colegios, aunque son los mismos pero con nueva edificación y mobiliario como los del Casd, Instpecam o el Alfonso Lopez. El secretario de Educación municipal Camilo Pinto, un profesional prometedor de buenos logros en su cargo, salió a dar explicaciones públicas, pues la cobertura y acceso es del resorte municipal.
De eso hemos hablado y escrito: sí, es bueno remodelar los colegios existentes y lo aplaudimos, pero necesitamos más cupos. También en la educación superior pública por lo que los esfuerzos del establecimiento de sedes universitarias en la Jagua de Ibirico, de la UPC, o Curumaní, con la UNAD y Gobernación del Cesar, tiene nuestro apoyo. Es de recordar el compromiso expreso en el Plan Nacional de Desarrrollo del gobierno Petro con las inversoras en la Jagua de Ibirico.
Pero de vuelta al colegio, a las jornadas conocidas tradicionalmente como de básica y secundaria también debemos llamar la atención que la jornada única reduce la capacidad de la infraestructura existente pues no se trata de usar esa infraestructura, como en las industrias, por más turnos -por ejemplo, mañana, tarde y noche- sino en menos jornadas de más larga duración diaria. Lo que demanda un mayor esfuerzo de municipios, gobernaciones y la Nación en construir más y más aulario y no tanto más profesores para mejorar la calidad de la educación.
Ocasión para insistir en que los padres deben estar muy cerca de la educación de los hijos. Hay 3 cosas que definen la buena educación: la atención familiar; los buenos profesores; y la infraestructura y la buena administración de las instituciones. Nosotros insistimos en que no hay mejor doliente – fuera de la capacidad, concentración y dotación individual del estudiante- que el familiar doliente, sus padres o madre o abuelos.
LA IA
El gran encuentro mundial de personalidades, presidentes, empresarios, científicos, grandes innovadores, se dio cita en la ciudad de Davos, Suiza y apenas concluyó. ¿Cuál fue el tema central? Ni la economía, ni las peligrosas guerras… ni el temible Cambio Climático, sino el desafío que representan para la humanidad, los empleos, las ciencias y el aprendizaje los desarrollos deslumbrantes de la inteligencia artificial, IA. Ojo con eso, que también transformará a la educación.