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De Valledupar al podio mundial: la inspiradora historia de Buinder Bermúdez

Envuelto en la bandera de Colombia terminó el paratleta vallenato.

En un emocionante y conmovedor despliegue de coraje y determinación, el atleta vallenato Buinder Brainer Bermúdez Villar, de 26 años, dejó su huella en el reciente Campeonato Mundial de Paratletismo que se llevó a cabo en Francia.

Su historia es un ejemplo de superación y perseverancia, donde se revela el talento y la fuerza de voluntad que llevó al joven, diagnosticado con miopía y astigmatismo desde el nacimiento, a alcanzar el podio en el estadio Charléty de París.

49 segundos y 21 centésimas bastaron para que Bermúdez superara a sus rivales, impusiera un nuevo récord de América y se clasificara a las próximas olimpiadas que se llevarán a cabo, casualmente, en la capital francesa.  

“Feliz y contento por este triunfo, algo que se venía luchando desde hace tiempo, pudimos obtener el podio.  Lastimosamente no se obtuvo una medalla más arriba, pero vamos a seguir luchando por eso en los próximos eventos deportivos”, dijo Buinder en diálogo con EL PILÓN desde tierras europeas.

Buinder con la medalla de bronce y la mascota de la competencia.

La prueba fue dominada por el japonés Ryota Fukunaga, (con un tiempo de 47.79) seguido del corredor de Namibia Johannes Nambala (48.14). El disparo del pistoletazo marcó el inicio de la carrera, y Buinder se lanzó hacia adelante con una velocidad impresionante. A pesar de no poder ver con claridad el recorrido, confió en sus sentidos y en su entrenamiento para correr en la pista con seguridad.

Buinder cruzó la línea de meta en un tiempo récord para el área americana, asegurando además de una medalla de bronce para Colombia, un cupo a París 2024.

“La competencia fue muy fuerte, un rival de Namibia y un nuevo rival japonés que salió y fue el campeón esta vez. Gracias a Dios en la semifinal se pudo clasificar de primero y me pudieron dar un buen carril para poder salir en el lugar 4. Se desempeñó la carrera de la mejor manera, una progresión, buscando siempre rematar”, explicó Buinder.  

En una entrevista posterior a la competencia, Bermúdez expresó su gratitud hacia aquellos que lo apoyaron en su camino, así como su deseo de ser un ejemplo para otros atletas con discapacidad visual. “Esta medalla significa felicidad para mí y mi familia y todos los que han estado apoyándome, ya que es algo que se venía intentando desde hace tiempo. Se intentó en Tokio, no se pudo, pero ahora sí pudimos obtenerla”, dijo Buinder vía WhatsApp.

Buinder se lanzó desde el disparo del pistoletazo que marcó el inicio de la carrera.

UNA HISTORIA DE SUPERACIÓN

Buinder nació y creció en Valledupar, una ciudad donde su discapacidad visual le presentó desafíos desde temprana edad. A pesar de las dificultades y la sobreprotección de su madre Yeimi Teresa Villar, logró apasionarse por el deporte, especialmente por el atletismo. La historia de este vallenato podría encuadrarse en el típico caso en el que ‘el alumno supera al maestro’.

Su inicio en el atletismo no fue espontáneo, sino que surgió al ver cómo su hermano Breider, otro deportista paralímpico destacado del Cesar, acumulaba medallas a nivel nacional e internacional y viajaba por todo el mundo.

Motivado por ello, un día decidió acompañarlo a un entrenamiento en la polvorienta y mal llamada pista atlética del antiguo Armando Maestre Pavajeau. Fue allí donde comenzó a entrenar en 2015, y en su primera prueba oficial le fue tan bien que de inmediato lo llamaron para integrar la selección Cesar.

“Mi hermano viajaba por todas partes, y tú sabes que a uno de joven le gusta eso, viajar. Vi una oportunidad de salir, porque en mi casa por la cuestión de la vista mi mamá no me dejaba salir, me sobreprotegía”, recordó el graduado en Licenciatura en Educación Física y Deporte de la Universidad de Pamplona.

Desde entonces, emprendió una carrera con más triunfos que derrotas, que culminó en el punto más alto la tarde del sábado parisino cuando cruzó tercero la meta en la pista atlética del estadio Charléty y se proclamó como el tercer paratleta más veloz del mundo en los 400 metros planos.

EMIGRÓ A CALI POR FALTA DE APOYO

Sin embargo, la falta de apoyo y recursos en su tierra natal lo obligó, a finales de 2020, a tomar la difícil decisión de emigrar en busca de mejores oportunidades para desarrollar su talento y alcanzar sus sueños.

Fue así como Buinder se trasladó a la ciudad de Cali, donde encontró un ambiente más propicio para su crecimiento deportivo. Allí, bajo la tutela de entrenadores especializados en atletismo para personas con discapacidad visual, comenzó a pulir sus habilidades y a entrenar arduamente para competir en el escenario nacional e internacional.

El mundial en París se convirtió en el punto culminante de la dedicación y esfuerzo de Buinder. Con una disciplina férrea y un espíritu indomable, el joven atleta se preparó durante años para enfrentar los retos que el evento deportivo le presentaría.

El día de la competencia, Buinder, con una mezcla de nerviosismo y determinación, se preparó para dar lo mejor de sí en su especialidad: los 400 metros.

La foto de Buinder envuelto en la bandera de Colombia ya es historia.  Ahora se enfocará en los Panamericanos de Chile, como preámbulo a los Juegos Olímpicos de París.

Tras subirse al podio y llevar el metal bronceado, empezaron a pasar imágenes por su mente. La principal de ellas: la de sus padres, quienes han sido su sostén en medio de las dificultades propias de quien nació con una discapacidad.

Ahora, aunque Dios quiso que su vista fuera borrosa, Bermúdez ve más claro su horizonte y mira hacia los Paralímpicos París 2024 donde se reunirán los mejores paratletas del mundo el próximo año.

Por:  JOSÉ A. MARTÍNEZ V. / EL PILÓN

Categories: Deportes
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