A sus 53 años, Milciades Mendoza sueña, como todo acordeonero que se sube en la tarima del Festival Vallenato, con buscar la corona.
A pesar que no tiene renombre -como él mismo lo reconoce- pues sus grabaciones han sido sencillas y de poca repercusión, Milciades llegó desde Pereira a Valledupar dispuesto a dar la pelea.
Contrario a muchos de sus rivales, que contratan a los mejores del folclor para participar, a Milciades le tocó ‘pulir’ a sus dos hijos para que lo acompañaran en la caja y la guacharaca. Deisy es la cajera y Luis Manuel el guacharaquero.
Los mismos que lo acompañan día a día en el rebusque en los semáforos de la capital de Risaralda donde la agrupación ‘La familia del vallenato’ -como se hacen llamar- realiza su ‘show’ exprés en busca de una moneda que ayude a solventar los gastos de comida y arriendo.
“No tengo plata, pero todos los días me hago la comida de los hijos y el arriendo. No tenía acordeón, pero con lo que ahorré compré este acordeoncito”, asegura el hombre que nació en la Sierra Nevada pero enseguida lo llevaron a Barranquilla.
En el primer día de competencias, de la categoría Profesional, realizado en el Coliseo de Ferias Pedro Castro Monsalvo, Mendoza ejecutó dos canciones de su autoría: el paseo ‘Yo sí toco vallenato’ y el merengue ‘Mi nota de verdad’.
En Valledupar ha participado unas 17 veces, pero no declina de su objetivo. “Siempre me ha gustado la competencia, desde que empecé a tocar acordeón, a veces he pasado buenos puntajes”, recalca.
Este viernes Milciades volverá a subirse, pero ahora a la mítica tarima Francisco El hombre de la Plaza Alfonso López, donde ejecutará el son y la puya.
“Lo que pasa es que yo cuando me monto en la tarima yo no me pongo a correr mucho, pero ahorita no están calificando vallenato sino la ‘correntilla’”, puntualizó.
Mientras el ‘semáforo’ del Festival le mantenga el ‘verde’ para participar, Milciades seguirá luchando por ese sueño, con el que todos llegan, pero solo uno concreta.
POR: JOSÉ MARTÍNEZ VEGA/EL PILÓN