El festival es en la plaza y, como todos los años, el 27 salí temprano a recoger testimonios, grabar videos y hacer fotografías para mis proyectos de investigación folclórica; pero al darme cuenta de que la Fundación había trasladado el concurso de acordeoneros para darle paso a los eventos de Carlos Vives, quedé más desubicado que una cucaracha en baile de gallinas, desprogramado y sin saber qué hacer. Me dije: tengo que inventarme algo. Me las ingenié para entrar y terminé colado en la parranda de ‘El Turco’ Pavajeau, a pesar de que somos amigos, ‘El Turco’ se sorprendió porque yo no estaba invitado, eso sí, me recibió con la calidez de siempre.
Allí me encontré con la plana mayor de la cuentería vallenata que vale oro; Iván Gil, con su anécdotas folclóricas y una que otra mentira; ‘El Mono’ Gil, con sus historias cargadas de humor y Jonás Ortiz, quien se lució narrando las perradas de Óscar Guerra y las intimidades de Lucas Gnecco y sus recordadas salidas estrafalarias cuando era gobernador, pero lo mejor fue cuando osó hablar de sus preferencias políticas por Gustavo Petro, se levantó ‘El Turco’ y le dijo: “Jonás, si vas a hablá de Petro, no te lo acepto, aquí hay gente importante a la que no le gusta eso”.
Hubo un momento de tensión que no parecía de amigos, pero no pasó a mayores y todo se zanjó con un abrazo y un trago de Robertico que es lo que le gusta al anfitrión; la parranda continuó y el toque del acordeón de Jaime Dangond y las poesías de Oscar Gómez Brito disiparon el ambiente, enrarecido por la política, para volver a la identidad que la ubica como la mejor parranda de Valledupar; cantos, cuentos, historias y sapos, como yo, que gozamos con la mejor atención de la familia Pavajeau, la misma que recibió en su casa a ‘Colacho’ Mendoza y lo apoyó para que fuera un grande, fueron ellos quienes le regalaron su primer acordeón; también a Carlos Huertas, que siempre consideró esta parranda su preferida, fue en esta casa de la plaza Alfonso López donde se sacó la rabia cuando Consuelo le eliminó su canción, la mejor que le han hecho al Festival, ‘El abrazo guajiro’.
Pero lo mejor de la parranda fue al salir, en la puerta al despedirme, me dice ‘El Turco’: “Oye Jacobo, había que llamarle la atención al Jonás ese, pero te confieso yo voy con Petro, estoy cansao de tanta sinvergüencería”. No tuve otra que reír y salir agradecido por haber asistido, de sapo, a una histórica y memorable parranda del Festival Vallenato.