X

De restituido a despojado

Temor, tristeza, rabia, e indignación, fueron los sentimientos que manifestó en ese momento Jorge, quien decidió volver a Codazzi luego de ser despojado por segunda vez. EL PILÓN/Adamis Guerra.

El conflicto armado en Colombia ha dejado más de cinco millones de víctimas en el territorio nacional. Personas a quienes se les han vulnerado sus derechos, a quienes los han despojado de sus tierras, que han violado a sus hijas, esposas y madres y que han matado a sus familiares en frente suyo.

Más de 50 años de guerra lleva Colombia en conflicto, colombianos contra colombianos, que por ideologías políticas y hasta por ansias de poder, se enfrentan hasta la muerte, involucrando en ese enfrentamiento a civiles inocentes, que nada tienen que ver con la lucha irrisoria que mantenían.

Uno de los lugares donde más secuelas ha dejado el conflicto armado interno es el departamento del Cesar, donde más de 300 mil personas fueron victimizadas con hechos atroces por parte de paramilitares y guerrilla.

Uno de esos 300 es *Jorge Méndez,  que tenía su finca en la vereda  El Toco en el municipio de San Diego, ubicado a 16 kilómetros de Valledupar. Ahí vivía con su esposa y sus tres hijos, dos biológicos y uno adoptado. Cultivaban la tierra, vivían tranquilos, estaban felices.

Una mañana, en el año 1997, la felicidad en la que vivían se convirtió en desasosiego cuando un grupo de paramilitares llegaron hasta la finca de Jorge, en ese momento, él dice que pasaron muchas cosas por su cabeza: “¿qué irá a pasar? ¿Nos irán a matar?”, sin embargo, no les hicieron daño físico, pero les dijeron que se fueran de allí o que no respondían por las consecuencias.

En medio del llanto, del miedo, de la preocupación  por no tener un lugar en donde ir y no saber qué les depara el futuro en la condición de ‘víctimas’ con la que acababan de ser marcados, llegaron a Codazzi, ahí buscaron donde quedarse, pasaron la noche y al día siguiente Jorge empezó a buscar trabajo para mantener a su familia.

Luego de una ardua búsqueda como peón en fincas del lugar y sin tener éxito alguno, decidió que era momento de tomar una decisión, que aunque difícil, era la única manera de sacar adelante a los suyos.
Después de tener una finca propia, Jorge pasó a ‘tirar’ machete en la sierra. Iba todos los días, a ofrecer de lugar en lugar, sus servicios para limpiar la tierra de la maleza por un pago que no compensaba el esfuerzo que hacía cuando ejercía  su trabajo.

Pero eso no fue todo lo que hizo él para poder obtener dinero que funcionaría para pagar arriendo y comer; también vendió huevos en las calles de Codazzi “eso fue lo que hice desde que me despojaron de mi tierra, hasta que me restituyeron; tirar machete y vender huevos en la calle”, comentó.

La restitución 
Hace dos años, seis víctimas venían reuniéndose para entregar sus peticiones a la Unidad de Restitución del departamento, entre ellos, estaba Jorge.

Entregó los documentos necesarios, su folder pasó por todos los filtros que hay en la Unidad, y le llegó el día. “Me dijeron que el 12 de agosto me iban a entregar mis tierras, me sentí complacido, que después de tanto tiempo me devolvieran lo que me ha pertenecido todo este tiempo”, recordó.

Desde donde quedaba su finca, hasta Codazzi, son 50 minutos de camino en vehículo y no todos se atreven a llegar hasta allá. Un carro cobra 120 mil pesos para llevar a los pasajeros y lo que necesiten hasta el predio de Jorge; obviamente, él no contaba con ese dinero pero lo buscó prestado para hacer presencia allí con su familia y sus hijos.

No obstante, eso no era suficiente, pues debía volver a empezar e hizo un crédito en una entidad bancaria, Jorge explicó “me fui para el banco y pedí un préstamo de un millón de pesos, con eso compré ollas, comida, herramientas y una escopeta para cazar conejos y animales de monte para poder comer, y tener ahí algo para cualquier emergencia. ¡Ah!  Y pagué el viaje de esas cosas hasta la finca”.

Llegaron al predio. Jorge contrató un personal para que le ayudaran a trabajar el terreno y adecuarlo para iniciar la siembra, todo volvía a ser como antes, él con su esposa, sus hijos, en su terreno, en la finca que había perdido 16 años atrás; todo parecía ser bueno, volvían a ser felices.

De nuevo despojados 
El viernes 23 de agosto, Jorge salió temprano, se había acabado la carne y decidió ir hasta el pueblo para poder conseguir un poco de proteína para acompañar el almuerzo. A las 8:00 de la mañana se montó en una moto  y se perdió en el horizonte.

“Luego que me fui para el pueblo a buscar la carne, me llegaron buscando los trabajadores de la finca donde yo estaba, según lo que ellos me contaron, un hombre llegó y les dijo que dejaran de trabajar esa tierra que el dueño de ese lugar era él, los trabajadores le dijeron que esa tierra era mía y el hombre les respondió que lo mejor era que se perdieran porque no respondía de lo que hiciera”, expresó Jorge.

Al escuchar eso, Jorge volvió a la finca, encontró a su esposa y a sus hijos asustados, les dijo que escondieran el mercado que quedaba, las herramientas de trabajo y la escopeta porque se iban para el pueblo.

Pasaron dos días, esperó mientras ‘bajaba la marea’ y volvió a la finca, pero hubo algo que lo sorprendió; no encontró nada, ni comida, ni herramientas ni escopeta, había sido víctima del hampa.

De nuevo apareció el hombre y les dijo que se desaparecieran de ese lugar porque esa tierra era de él, y que de no hacerlo se tenían que atener a las consecuencias.

Se repetía la historia, sin nada en las manos “me quitaron todo otra vez” dijo mientras contenía las lágrimas, con la voz quebrada. Por segunda vez, Jorge fue marcado con la etiqueta de ‘desplazado’.

¿Qué dice la Unidad?
La Restitución no depende de sí quien reclama tiene título si o no. La ley de Víctimas no solo busca devolver la tierra con su respectivo título de propiedad,  también mejorar sus condiciones socioeconómicas para una vida más digna.

Cuando una persona es restituida a quien tenía el predio antes de ser restituido se le compensa con otra finca para que pueda seguir trabajando.

El director nacional de la Unidad de Restitución de Tierras, Ricardo Sabogal Urrego, aseveró en su última visita a Valledupar que "desafortunadamente este es un proceso que genera reacciones como estas, que a nuestros reclamantes los amenazan para eso el gobierno nacional a través de la Unidad Nacional de Protección implementó un programa para proteger a los reclamantes que fueron amenazados. En el Cesar, varios reclamantes, de acuerdo al estudio que hemos hecho, que pide protección, ya tienen protección obvio algunos que ahora están siendo amenazados se le está enviando la entidad para que les provea de esa protección".

Sabogal Urrego añadió que hay proceso de salvaguardar la integridad de las personas que están siendo víctimas de amenazas y quede deben garantizar los derechos de las personas que están en el trámite de Restitución".

El presente 
Jorge está otra vez como empleado de una finca a 50 minutos de Codazzi,  esta vez sembrando maíz, debe 800 mil pesos del millón que pidió al banco, pide que la oficina de Restitución le solucione su problema, pues a él no le parece justo que tenga que tomar medidas drásticas por sus manos.

Hizo las denuncias respectivas, se comunicó con la Unidad de Restitución de tierras e interpuso una denuncia ante la Fiscalía por despojo “no me han dicho nada, ni siquiera me han llamado a preguntarme cómo voy con el procedimiento, es como si me hubiesen dicho ‘tome ahí está el papel que lo acredita como dueño de las tierras’ y ya, estoy resentido con el programa de restitución”, enfatizó.

Por Freddy Oñate Acevedo

freddy.onate@elpilon.com.co

Categories: General
Periodista: