En Valledupar, el 10 de octubre de 2015, el entonces gobernador del departamento del Cesar, Luis Alberto Monsalvo Gneco, inauguró el complejo de tenis, cuyo costo fue de 5.500 millones de pesos. Y, el entonces director de torneos profesionales de la Federación Colombiana de Tenis, Juan Pablo Hernández, dijo: “Este es el complejo de tenis más hermoso del país. En todo el tiempo que he estado recorriendo diferentes escenarios de Colombia, no he visto uno igual. Quiero felicitarlos porque de acá saldrán las futuras promesas del tenis”.
En la consabida inauguración, el aludido gobernador advirtió: “Esta es una gran obra, con la que Valledupar empieza a ser incluida dentro de las principales ciudades del mundo que realizan este tipo de torneos. Además, nuestros jóvenes podrán practicar una disciplina diferente. Este es un deporte que brinda muchos beneficios como el de acceder a becas universitarias en el extranjero, pero, sobre todo, dentro de pocos años aquí nacerán los sucesores de figuras como Rafael Nadal, Roger Federer y Novak Djokovic, máximos referentes del tenis mundial”.
Con otras palabras, que en Colombia el susodicho complejo tenístico, sería el espacio donde los niños y jóvenes, no solo de Valledupar, sino de Colombia que prefieran el tenis de campo, tienen la oportunidad de entrenarse y participar en torneos ITF y Challenger, y llegar a ser tenistas sobresalientes al nivel de los tenistas que compiten en los certámenes ATP (Asociación de Tenistas Profesionales hombres) y WTA (Women’s Tennis Association), en los cuales, los campeones son los mejores tenistas del mundo. La realidad es que han pasado casi nueve años, y se puede decir que el complejo tenístico en mención, prácticamente, se ha desperdiciado, para no catalogarlo como elefante blanco.
Queda la expectativa a los nuevos mandatarios del departamento del Cesar y del municipio de Valledupar, para que gestionen y materialicen el contexto antedicho. Tan importante para dinamizar la economía y beneficiar a todos sus pobladores.
El tenis de campo, como en todas las disciplinas deportivas, para llegar a ser un deportista profesional cimero se requiere tener vocación y pasión. Además, estricta dedicación y otras cualidades virtuosas, entre las cuales es fundamental el respeto así mismo y a los adversarios. Esto último, para que se cumpla a cabalidad es necesario el control social, cuya función principal, es prevenir y detener la inobservancia de los principios y valores morales que pueden ser perjudiciales para los semejantes.
Por ejemplo, Jannik Sinner, italiano, que actualmente es el tenista profesional número uno del ranking ATP, es protagonista de posible dopaje que ha generado aguda polémica, por haber salido positivo en pruebas de control de doping (aplicación de sustancias estimulantes). Esto fue cuando Jannik Sinner participó en el torneo ATP Master 1000 de Indian Wells, California, Estados Unidos, realizado entre el 6 y el 17 de marzo de 2024. Según, salió positivo debido a que su terapeuta le hizo masajes con una crema o Spray que contiene una de las sustancias prohibidas por ser estimulantes (euforizantes) del ánimo.
A otros tenistas les han suspendido la participación en los torneos ATP y WTA hasta que se aclare la aplicación de sustancias prohibidas. A Jannik Sinner lo sancionaron quitándole los puntos obtenidos y no pagándole el dinero ganado; sin embargo, no le suspendieron la participación en los siguientes torneos. Seguidamente, fue campeón del ATP 1000 de Cincinnati, Estados Unidos. realizado del 12 al 19 de agosto de 2024. Y tras las derrotas de Carlos Alcaraz, Novak Djokovic y de Alexander Zverev, Jannik Sinner ha quedado como el gran favorito para ganar el Grand Slam Us Open. La controversia radica en que, por intereses económicos, a los tenistas mejor clasificados en el ranking se les guarda contemplación. Lo cual es injusto.
Por: José Romero Churio.